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Barcelona - Dínamo de Kiev: gol de Piqué, debut del Kun Agüero en Champions y victoria fundamental para los catalanes

El neerlandés Memphis Depay se sube a los hombros de Gerard Piqué, autor del primer gol de Barcelona en el partido contra Dínamo de Kiev, por la fase de grupos de la Champions League.
JOSEP LAGO

Barcelona consiguió la victoria que necesitaba para seguir con aspiraciones de clasificarse en la fase de grupos de la Champions League. Derrotó por 1-0 a Dínamo de Kiev en el Camp Nou con un solitario gol de Gerard Piqué en el primer tiempo. Sergio “Kun” Agüero debutó en el torneo continental con la camiseta blaugrana y jugó los últimos 15 minutos del partido.

Fue un triunfo más holgado en el trámite que en el resultado. Porque la diferencia de un gol a favor de los catalanes mantuvo con vida a los ucranianos hasta el final del partido. Las ocasiones dilapidadas en ataque por los dirigidos por Ronald Koeman motivaron que el neerlandés se fastidiara cada vez que su equipo no podía concretar. El 1-0 no lo dejó conforme, pese a que se trató de la segunda victoria consecutiva, ya que Barcelona venía de ganarle a Valencia el fin de semana por La Liga. El triunfo es el aperitivo perfecto para el Clásico español contra Real Madrid del próximo domingo.

Apenas pasó un minuto hasta que el equipo culé encontró los caminos al gol. El arquero ucraniano dudó y Serginho Dest, cuyo debut en la red fue justo ante el Dínamo, casi convierte de cabeza. La pelota se fue por encima del travesaño. Fue un aviso. El primero del partido. A los 17 minutos llegó el segundo: una habilitación tierra-aire de Memphis Depay encontró a Luuk De Jong con el arco a disposición para cabecear. Desviado, otra vez.

La tercera tampoco fue la vencida: otra conexión Depay-De Jong y, ahora, el que salvó a los visitantes fue su arquero, Buschan. Barcelona era mucho más que su rival y merecía estar en ventaja. Sus errores en la definición condicionaban el resultado, que permanecía inalterable desde el comienzo del partido. Eso, aunque Dest volvió a disponer de otra ocasión inmejorable. Vacío, sin marca, ingresó por la banda derecha como wing. Buschan, otra vez, salvó a los suyos.

Pero Barcelona encontró el gol con uno de sus emblemas, Piqué. Centro al corazón del área y definición de derecha y de primera del zaguero central. Nada que hacer para el arquero visitante y ventaja tranquilizadora para los dueños de casa. Ese gol bastó para que los catalanes se fueran a los vestuarios en ventaja. Los ucranianos ni siquiera inquietaron a Ter Stegen, el arquero alemán de los locales.

El gol de Piqué

Barcelona monopolizó la pelota y fue muy superior a su rival, pero hasta que el defensor central abrió su pie y encontró la definición, careció de ideas para vencer a Buschan, arquero de los ucranianos. Ese gol, de confirmarse en el resultado final, sacaría a Barcelona del sótano de las posiciones en el grupo E de la Champions. Y los catalanes verían con otros ojos el segundo puesto, lugar que precisan para evitar la eliminación prematura del principal torneo continental.

Para la segunda parte, Koeman movió el banco. Mandó a la cancha a Phillippe Coutinho y a Ansu Fati con el objetivo de crear más juego y resolver el pleito. Salieron Óscar Mingueza y Luuk De Jong. El neerlandés veía que los ucranianos no atacaban, por lo que consideró innecesario defender con cuatro hombres. Pasó a hacerlo con tres, y a tener mayor circulación de pelota en ataque.

A los siete minutos, un blooper. Buschan, el arquero visitante, quiso dominar la pelota y a punto estuvo de introducirla en su propio arco. Después de un rechazo, el balón le quedó a Fati, que no pudo acomodarse e intentó una definición tan acrobática como desviada. Koeman, en el banco, estrujaba los brazos y se lamentaba por las oportunidades perdidas.

A 15 minutos del final del partido, y luego de que Barcelona no pudiera matar el resultado, Koeman decidió cambiar al centrodelantero. Dejó la cancha Depay e ingresó Sergio Agüero. El Kun debutó al fin en Champions League con la camiseta blaugrana. Barcelona estaba mucho más lejos de su rival en el trámite del partido que en el resultado. Los separaba apenas un gol. El Kun tenía trabajo: agrandar la brecha.