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El Banco de Japón prevé años de inflación baja y apunta a un retraso en la retirada de estímulos

Un hombre frente a la sede del Banco de Japón en Tokio

Por Leika Kihara y Tetsushi Kajimoto

TOKIO, 28 oct (Reuters) - El Banco de Japón mantuvo el jueves su política monetaria flexible y proyectó la inflación muy por debajo de su objetivo del 2% durante al menos dos años más, reforzando las apuestas del mercado de que se retrasará con respecto a otros bancos centrales en la reducción de sus estímulos anticrisis.

En sus nuevas estimaciones trimestrales, el Banco de Japón recortó su previsión de inflación al consumo para el año que finaliza en marzo de 2022 hasta el 0% desde el 0,6%, debido en gran medida al impacto de los recortes de las tarifas de los teléfonos móviles y a un cambio en el año base para el índice de precios.

El banco central también recortó la previsión de crecimiento económico para este año por la atonía del consumo y el impacto en la producción de las fábricas de las interrupciones de suministro causadas por la pandemia del COVID-19.

Las proyecciones ponen de manifiesto la diferencia de políticas entre Japón y otras economías.

En Australia, la inflación subyacente se aceleró a su ritmo anual más rápido desde 2015. A primera hora del jueves, el Banco de la Reserva de Australia no hizo ninguna oferta de compra de un bono estatal que constituye el eje de su programa de estímulos, avivando las especulaciones del mercado sobre una pronta subida de los tipos de interés.

Asimismo, el Banco de Canadá sacudió a los mercados al poner fin a su compra de bonos y anunciar una subida a más tardar en abril.

Tal y como se esperaba, el Banco de Japón mantuvo su objetivo de tipos de interés a corto plazo en el -0,1% y el del rendimiento de los bonos a 10 años en torno al 0% en la revisión de tipos de dos días que finalizó el jueves.

LAS EXPECTATIVAS DE INFLACIÓN "REPUNTAN"

La economía japonesa salió del estancamiento provocado por la pandemia del año pasado, ya que la fuerte demanda exterior impulsó las exportaciones, compensando parte de la debilidad del consumo.

Sin embargo, los cuellos de botella en el suministro y la escasez de chips han afectado a los fabricantes, ensombreciendo las perspectivas de la economía, que depende de las exportaciones.

El aumento de los costes de las materias primas ha hecho que la inflación al por mayor en Japón alcance su nivel más alto en 13 años en septiembre. Sin embargo, la repercusión en los hogares ha sido notablemente lenta debido a la lentitud de la demanda interna, lo que ha mantenido la inflación al consumo en torno a cero.

Esto deja a Japón como un caso atípico, especialmente porque la intensificación de la presión inflacionista mundial está llevando a más bancos centrales a considerar la retirada de sus enormes estímulos.

El Banco de Japón dijo que las expectativas de inflación estaban "repuntando", señalando la posibilidad de que el aumento de los salarios haga que los hogares acepten gradualmente las subidas de precios.

(Información de Leika Kihara y Tetsushi Kajimoto; información adicional de Daniel Leussink y Kantaro Komiya, traducido por José Muñoz en la redacción de Gdańsk; Edición de Shri Navaratnam)