Austin Reaves: de la granja a nueva estrella de los Los Angeles Lakers

Austin Reaves, nuevo jugador de los Lakers
Christian Petersen AFP

Hace tres años, nada más, sus entrenadores ni siquiera lo consideraban lo suficientemente desarrollado para jugar en el nivel universitario. Nadie le veía una carrera promisoria en el baloncesto profesional. Tanto que, completamente fuera de la consideración, no jugó ni un solo partido en todo 2018. Hoy, Austin Reaves recibió la bendición de LeBron James y da sus primeros pasos en la NBA con los Lakers. El tipo de historia que los norteamericanos adoran.

No faltaron las bromas cuando algunos lo vieron moverse entre sus nuevos compañeros. Mas allá de su talla (1,96m), cierta ausencia de tonicidad muscular entre tanto portento físico, fue señalada con malicia: “¿Ese chico está en el lugar correcto o entró por la puerta equivocada?”.

Absolutamente desconocido en el ambiente de la NBA, hasta despertó las carcajadas de su compañero Talen Horton Tucker cuando un periodista le dijo durante una conferencia de prensa que lo apodaban “Hillbilly Kobe”. Hillbilly es un término que se utiliza, muchas veces de manera despectiva, para describir a las personas de áreas remotas, ya sea rurales o de la montaña.

Austin Reaves creció en la pequeña ciudad de Newark, Arkansas y hoy espera abrirse camino en la NBA, con los Lakers
Austin Reaves creció en la pequeña ciudad de Newark, Arkansas y hoy espera abrirse camino en la NBA, con los Lakers

Reaves, de 23 años, tuvo que explicar el origen de su apodo. Nació en Newark, Arkansas, un pueblo de apenas 1200 habitantes. Allí fue donde empezó a ganar fama local, cuando metió 73 puntos en un partido del high school y llevó a la humilde secundaria de Cedar Ridge a ganar un título estatal.

Cuando años más tarde llegó a la Universidad de Oklahoma, el asistente Anthony Rini comenzó a llamarlo “HBK”. Entre la timidez y la falta de confianza pasó un tiempo hasta que se animó a preguntarle: “¿Por qué me decís HBK?”. La respuesta no le cayó mal y sus compañeros se encargaron de instalarlo. “No soy un montañés, pero sí puedo decir que nací en el medio de la nada, en Arkansas. Crecí en una granja... Supongo que el apodo encaja”, acepta con gusto. La segunda parte del sobrenombre está naturalmente vinculada por su fanatismo por Kobe Bryant. Y aunque poco se le parece como jugador, ya viste oficialmente la camiseta de los Lakers.

Juega como escolta (o como base, ocasionalmente) y recibió un “Two-way contract”, el contrato de dos vías que le permite a la franquicia disponer de él en el primer equipo o enviarlo a jugar en South Bay Lakers (el equipo de la G-League, la competencia de desarrollo de la NBA).

Es directo cuando ataca el aro y puede lograr anotaciones de manera sencilla, generándose sus propios espacios, pero su lanzamiento de tres puntos no es confiable. Lo que lo distingue es su energía defensiva, pese a la falta de destrezas físicas para detener a rivales más potentes. Algunas de esas características derivaron en la inmediata comparación con Alex Caruso, otro “chico blanco” que ayudó a LeBron y a Anthony Davis a ganar el anillo en la temporada de la burbuja en Disney y este año se fue a Chicago Bulls.

Austin Reaves, una de las grandes sorpresas de la pretemporada de la NBA
Austin Reaves, una de las grandes sorpresas de la pretemporada de la NBA

Una carrera a punto de quedar trunca

La experiencia de un par de temporadas como jugador secundario en Wichita State fue bastante decepcionante. No tanto por lo deportivo. Ni siquiera pudo desarrollarse en todo su potencial. Necesitó de una cirugía en el hombro izquierdo que lo condicionó ese primer año. Luego, se dislocó tres veces el hombro derecho. Otra vez necesitó ser ingresado al quirófano para reconstruir el dañado tejido del labrum.

Reaves pasó en 2018 a Oklahoma, una universidad más competitiva. Pero el cuerpo técnico de su nuevo equipo no estaba seguro de que tuviera lo necesario para jugar en ese nivel. Lo consideraron “redshirt” (camiseta roja), una alternativa que permite que el jugador se entrene con el equipo pero sin jugar. Y el año perdido desde lo deportivo no cuenta para los cuatro que se permiten como máximo en la NCAA. Tras la adaptación, en su última temporada promedió 18 puntos y 5,5 rebotes por partido.

Austin Reaves recibió la bendición de LeBron y se ganó un lugar entre los 15 jugadores de los Lakers
Austin Reaves recibió la bendición de LeBron y se ganó un lugar entre los 15 jugadores de los Lakers

Por un lado, no era lo suficientemente bueno para jugar, pero por el otro, los entrenadores veían que si se desarrollaba podía darles algo más. Para eso existe la opción de la camiseta roja, por más frustrante que sea para un deportista.

También por eso llegó tan tarde a la NBA, con 23 años. Sin ofertas que lo hicieran pensar que el Draft era una alternativa, probó suerte por la vía más larga. Se inscribió para los campamentos de verano y empezó a despertar interés.

Cuando LeBron James supo de su incorporación en la franquicia, aún sin saber si sería su compañero o iría a la G-League, pidió un scouting detallado. “Vi muchos vídeos suyos cuando firmó con nosotros y ya vi que podía ser un jugador de la NBA desde el principio. Tiene el tamaño, el juego en pick and roll, el tiro, el pase, el coeficiente intelectual… hay mucho en él, encaja muy bien con nosotros”.

A este equipo de los Lakers, repleto de veteranos, les faltaba cubrir una posición en el perímetro. En la misma línea de la llegada de jugadores como Russell Westbook (32), Carmelo Anthony (37) o Trevor Ariza (36), primero se pensó en Monta Ellis (35) o Isaiah Thomas (32). Pero LeBron dio el OK. Sangre joven. En la primera semana lo invitó a su práctica de tiro personal para comenzar a pulir detalles.

Mientras los periodistas le preguntan por la granja en Newark, Hillbilly está en el cielo. “LeBron es posiblemente el mejor jugador de todos los tiempos -dice-. Va a ser divertido estar cerca de él y de otros cuatro o cinco posibles miembros del Salón de la Fama”. No tuvo oportunidades en la noche inaugural, en un partido complejo y cerrado ante Golden State, pero no faltará oportunidad. Los Lakers, con el mayor promedio de edad de la competencia (30 años), en algún momento necesitarán piernas frescas. Entonces echaran mano al pueblerino.

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