Ataques a la prensa: se intensifica el clima de hostilidad y agresiones contra los medios

Varios personas arrojaron anoche bombas molotov en la puerta del edificio del diario Clarín
Gerardo Viercovich

El ataque intimidatorio al edificio del diario Clarín, con el lanzamiento de nueve bombas molotov, se suma a otras amenazas y agresiones que intentaron silenciar a la prensa en los últimos meses, en un clima de creciente hostilidad que incluye atropellos y descalificaciones desde sectores del poder contra medios y periodistas independientes.

Uno de los hechos más graves fue la violenta irrupción de una patota gremial en el edificio central del diario Río Negro, en la ciudad de General Roca. Ocurrió el 23 de marzo último, cuando unos 50 militantes de la Organización de Desocupados en Lucha (ODEL), perteneciente a la CTA Autónoma Argentina, ocuparon por la fuerza las instalaciones, agredieron a empleados, amenazaron de muerte a un periodista, derribaron computadoras y realizaron destrozos y pintadas.

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El objetivo era impedir que el diario Río Negro publicara la noticia del avance judicial de una causa por abuso sexual que involucra al líder de la organización, Miguel Báez. Según se denunció, los agentes policiales demoraron 40 minutos en cruzar una calle, que es la distancia que separa el edificio de la comisaría Tercera, la más grande de la ciudad.

Muchos medios y periodistas del interior están expuestos a intimidaciones y presiones, que se acentuaron en el último año.

Hace una semana, la periodista Carolina Ponce de León, de Radio Universidad de Tucumán, denunció ante la Justicia que fue víctima de abuso sexual durante una cobertura en la Casa de Gobierno de esa provincia. Relató que mientras se desarrollaba una conferencia de prensa de autoridades provinciales y candidatos, en la noche de la elección fue interceptada y manoseada por tres militantes políticos en el Salón Blanco. La custodia oficial no intervino.

Hubo también agresiones en el acto de cierre de campaña del Frente de Todos en la ciudad de Presidencia Roque Sáenz Peña, en Chaco, donde varios periodistas sufrieron maltratos y agresiones. Los organizadores y la policía agredieron a los medios locales, les obstaculizaron el ingreso a algunos y a otros los hicieron bajar del escenario, según se denunció.

Dicha intimidación ocurrió días antes de la ofensiva del gobernador de la provincia, Jorge Capitanich, para establecer una mayor regulación a los medios, con el argumento de que La gente piensa lo que los periodistas proponen”.

El gobernador de Chaco, Jorge Capitanich, propuso establecer mayores regulaciones a la prensa
Twitter


El gobernador de Chaco, Jorge Capitanich, propuso establecer mayores regulaciones a la prensa (Twitter/)

Garantizar condiciones

El Foro de Periodismo Argentino (Fopea) reclamó al gobierno nacional que “garantice condiciones de equidad para que los periodistas acreditados en la Casa Rosada puedan hacer su tarea sin restricciones ni presiones políticas”. En un comunicado, la organización advirtió que varios periodistas que desempeñan su trabajo en la Casa de Gobierno debieron soportar “episodios de intimidaciones y de censura”.

Tras la derrota en las PASO, la vicepresidenta Cristina Kirchner, al inaugurar una zona franca en Santa Cruz, sentenció que “los argentinos merecerían mejores medios, que no los amarguen tanto”.

Tales afirmaciones se inscriben en la creciente tendencia de dirigentes del Frente de Todos a “deslegitimar el rol de la prensa”, como advirtió en su último informe la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (ADEPA).

En aquella intervención, en un acto en el que no se permitió el ingreso de periodistas, Cristina Kirchner argumentó: “Hace tiempo que están nerviosos y tratan de poner nerviosos a todos los argentinos. Muchas veces terminan poniendo nerviosos y mal al resto de nuestros compatriotas”.

El propio presidente Alberto Fernández expuso reiteradamente la necesidad de “multiplicar las voces” en los medios, a partir de la instrumentación de mecanismos previstos en las leyes de defensa de la competencia y del consumidor, sin necesidad de recurrir a la modificación de la ley de medios.

Y en distintas apariciones fustigó duramente a los periodistas. En septiembre de 2020, molesto por las críticas que cosecharon las medidas sanitarias por la pandemia y los avances sobre la Justicia, el Presidente afirmó que la oposición y los medios “maltratan la democracia” a través de “posturas muy extremas”.

En un acto de campaña en José C. Paz, Alberto Fernández aplaudió públicamente una provocación del intendente Mario Ishii, quien llamó a un “levantamiento” contra los medios. “Les pido por favor a los medios que tengan piedad. Son todas pálidas. Un día el pueblo se va a levantar contra los medios, no tengo dudas. No puede ser tanto veneno hacia la población”, dijo el jefe comunal.

En uno de los hechos más graves, el ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, Una de las voces más persistentes contra la labor de la prensa, formuló una velada amenaza al dibujante Nik, a fines de septiembre, con alusiones implícitas a sus hijas, en respuesta a una crítica del humorista.

El siempre verborrágico ministro se victimizó y acusó a los “medios concentrados” y a sus periodistas de atacarlo “de una manera intolerable”.

“Caldo de cultivo”

El diputado nacional Máximo Kirchner, jefe del bloque del Frente de Todos, transmitió una curiosa interpretación del atentado con arma de fuego que sufrió el legislador correntino Miguel Arias, al sostener que el periodismo “genera el caldo de cultivo para este tipo de actitudes”. A esta expresión se suma, entre otras, la contundente afirmación de Carlos Bianco, exjefe de Gabinete del gobernador bonaerense, Axel Kicillof, contra el periodismo. Dijo que “la oposición y los medios influyeron en la cantidad de muertes” durante la pandemia.

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El gobernador Kicillof tuvo sus cruces con los medios de comunicación. Uno de los más recordados ocurrió en enero de este año, cuando desacreditó el trabajo de la prensa. “Hay un género periodístico que consiste en buscarle el pelo al huevo, en buscarlo que anda mal”.

En su último informe, ADEPA alertó que “uno de los factores que inciden en este deterioro del nivel de libertad de prensa es el incremento del acoso judicial a periodistas”.

Y señaló que “el caso de Daniel Santoro se convirtió en un paradigma de la persecución de ciertos sectores del Poder Judicial contra el periodismo de investigación”, al rechazar la llamativa e insistente ofensiva judicial contra el periodista.