La Argentina obtuvo el peor resultado de su historia en una prueba educativa realizada por la Unesco

La prueba internacional ya se había hecho en el país en 2006 y 2013
Tomas Cuesta

Un estudio que fue llevado a cabo en 2019 por el Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad de la Educación (LLECE), realizado por la Oficina Regional de Educación para América Latina y el Caribe de la Unesco, donde se evaluó el desempeño en Lengua, Matemáticas y Ciencias Sociales de estudiantes de 3° y 6° grado de 16 países de América Latina y el Caribe, muestra que la Argentina está por debajo del promedio regional en cuatro de las cinco evaluaciones.

Además, en comparación con 2013, momento en el que se hizo la evaluación por última vez, la Argentina cayó en todos sus resultados, excepto en la prueba de lectura para los alumnos de 6to, en donde obtuvo la misma calificación.

En 2006, la primera vez que se hizo el Estudio Regional Comparativo y Explicativo (ERCE), la Argentina quedó por encima del promedio en las cuatro asignaturas evaluadas. Luego, el ERCE se realizó nuevamente en 2013, cuando ya se observaba una caída en el rendimiento en relación con la región. Mientras que en el estudio publicado hoy sobre la evaluación realizada en 2019, los estudiantes argentinos obtuvieron peores resultados que el resto en matemática, ciencias y lengua.

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El ERCE es una prueba realizada sobre una muestra que la Unesco considera representativa. En 2019 se evaluaron 4500 escuelas y 202.000 alumnos entre la Argentina, Brasil, Colombia, Costa Rica, Cuba, El Salvador, Ecuador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana y Uruguay. Los países que muestran un alza de puntajes estadísticamente significativa, en todas las áreas evaluadas y para ambos grados, son Perú, Brasil y República Dominicana. De estos, Perú y Brasil presentaron los avances más marcados.

En el plano local, los resultados alarman porque el ERCE, a diferencia de otras evaluaciones, como PISA, confecciona un cuestionario que se basa en las currículas locales, es decir, pregunta por los contenidos que los estudiantes deberían haber incorporado.

En las dos asignaturas evaluadas en tercer grado, los estudiantes argentinos quedaron ocho puntos por abajo del promedio regional. Alcanzaron 689 puntos de promedio en lectura y 690 en matemática. En matemática, el 48,9% solo pudo alcanzar un rendimiento básico, mientras que en lengua el 46% de los alumnos pudo rendir en el nivel 1.

Los estudiantes de sexto grado, en tanto, pudieron alcanzar el promedio general en lectura. Llegaron a los 698 puntos. Sin embargo, en matemática esos mismos alumnos quedaron siete puntos abajo del rendimiento regional. Y los peores índices surgieron con la evaluación de ciencias naturales, donde la Argentina quedó 20 puntos por debajo del resto de los países evaluados.

“Este deterioro es una realidad que no podemos soslayar y dejar de poner sobre la mesa, ya que solo reconociendo la naturaleza de los problemas podemos trabajar con un objetivo claro y urgente para corregirlos. En este caso, recuperar y mejorar los aprendizajes de los chicos y chicas y, como consecuencia, sus rendimientos escolares. Ahora bien, también creemos que en gran medida este bajo desempeño comparado de la Argentina en las pruebas LLECE 2019 está vinculada al considerable desfinanciamiento del sistema educativo que tuvo lugar en nuestro país entre 2015 y 2019″, señaló Jaime Perczyk, ministro de Educación de la Nación.

Cruces

Ante la consulta de LA NACION, el exministro de Educación Alejandro Finocchiaro, defendió su gestión: “Hablar de inversión educativa es, también y principalmente, hablar de la responsabilidad de las provincias que tienen a cargo las escuelas y el 75% del porcentaje del PBI que señala la Ley de Financiamiento. A nadie que conozca un poco el sistema esto se le puede escapar. Mucho más cuando a esas provincias se les han devuelto 15 puntos de coparticipación después de 2015″.

Y agregó: “Aunque no es cierto que hubo desinversión del gobierno nacional en el período 2016-2019, pensar que la inversión es la única variable con peso en los resultados de estas evaluaciones es otro severo error. Lo demostraron las pruebas PISA 2013, donde cerca de dos tercios de los estudiantes argentinos que rindieron las pruebas no alcanzaron los niveles mínimos de aprendizaje en matemáticas y un 50% no alcanzó el mínimo en lectura y ciencia”.

Mercedes Miguel, secretaria de innovación y Calidad Educativa durante el gobierno de Macri, también destaca que no hay una relación directa entre las carencias en el aprendizaje y la inversión en educación. “Los problemas de aprendizaje no tienen relación directa con la inversión en términos generales. No sólo es importante invertir, también es crucial invertir bien, priorizando recursos para financiar políticas públicas que contribuyan a elevar el nivel de aprendizajes. Apuntar al presupuesto como única variable de los resultados en el aprendizaje es una lectura por lo menos incompleta. No todo es plata. Durante el periodo 2016-2019 las evaluaciones Aprender mostraron una mejora de 8 puntos porcentuales en Lengua y en Matemática”, señala Miguel.

Ante la pregunta sobre cómo se puede revertir esta tendencia negativa y preocupante, Perczyk respondió: “Estamos comprometidos como Gobierno a mejorar el rendimiento académico de nuestros alumnos de primaria y a incentivar sus aprendizajes, porque se trata de tomar decisiones políticas y llevarlas adelante con trabajo e inversión estratégica, porque sin presupuesto no hay derechos para nuestras chicas y nuestros chicos gestión jurisdiccional. Vamos a corregir la partida presupuestaria para la educación fijada para 2022 para que la inversión sea superior a la inflación”.

Por su parte, el secretario general de la Unión Docentes Argentinos (UDA), Sergio Romero, destacó que “cualquier evaluación educativa arrojará resultados funestos en tanto no se cumpla con la inversión del 6% del PBI que establece la ley. Solo en dos oportunidades desde 2005, cuando se votó, se invirtió el 6%. No cumplir con lo dispuesto representa menos recursos pedagógicos, menos capacitación docente, menores salarios, infraestructura aún más deficiente y menos tecnología en las aulas. Obviamente las consecuencias son funestas”. El sindicalista insistió: “Tanto el Estado nacional como los provinciales deben comprender que la educación debe ser la principal política de estado sobre la que se cimienta el desarrollo de la Nación. Los docentes nos venimos haciendo cargo de la educación de niñas y niños, jóvenes, adultas y adultos, cada vez con recursos más escasos y en condiciones más carenciadas, siendo responsabilidad de los estados su provisión, como así también, abonar salarios acordes, que hoy en todo el país se encuentran por debajo de la línea de pobreza”. Y sentenció: “La educación debe dejar de ser un tema con el que muchos políticos embellecen sus discursos para pasar a ser una realidad transformada en la principal política de estado”.

Factores asociados

Los resultados del ERCE 2019 arrojan también información sobre algunos factores que se asocian con los aprendizajes. Entre estos, se encontraron asociaciones positivas entre el logro alcanzado y haber asistido a la educación preescolar. Entre los países participantes, más del 80% de los estudiantes evaluados asistieron a ese nivel de enseñanza. En general, se observa una diferencia promedio de 28 puntos entre quienes asistieron a cursos preescolares y quienes no, pero con diferencias entre países.

Además, la UNESCO resaltó la importancia que tienen las características de las escuelas para explicar el rendimiento de los estudiantes. Entre el 40% y el 50% de las diferencias de aprendizaje entre los estudiantes se pueden atribuir a factores relacionados con la escuela a la que asisten. Es decir, las oportunidades de aprendizaje de calidad están asociadas con las características del establecimiento al que asiste el estudiante y, entre ellos, hay muchas diferencias. Adicionalmente, el estudio reveló que a mayor nivel socioeconómico de las escuelas mayores son los logros de sus estudiantes, lo cual es un indicador de que estas no están cumpliendo un rol de igualar oportunidades.