Arabia Saudita quiere meterse en el circuito de tenis masculino: cuál es el plan que mueve miles de millones

Abdul Aziz bin Turki Al-Faisal, el ministro de deportes saudí, ensayando un saque en la Diriyah Tennis Cup
Abdul Aziz bin Turki Al-Faisal, el ministro de deportes saudí, ensayando un saque en la Diriyah Tennis Cup

El ambicioso plan de Arabia Saudita en el deporte global no se detiene; añora seguir avanzando. ¿Cuál podría ser la nueva pista de aterrizaje? El tenis profesional. Así lo confirmó Andrea Gaudenzi, que acaba de ser reelegido como presidente de la Asociación de Tenistas Profesionales (ocupa el cargo desde enero de 2020 y cumplirá un segundo mandato hasta 2026). El dirigente italiano, que llegó a ser número 18 del ranking mundial en 1995, mantuvo conversaciones “positivas” con el Fondo de Inversión Pública saudí para respaldar varios proyectos, incluida “la inversión en infraestructura, tecnología y eventos en nuevos mercados”. La confesión, en el diario británico Financial Times, generó inmediata reacción en el mundo de las raquetas, ya que no todas las partes comulgan con los métodos del régimen de ese país.

El fondo de riqueza soberana de Arabia Saudita ostenta recursos que parecen ilimitados. Conocido como el Fondo de Inversión Pública o PIF (según sus siglas en inglés), administra 700 mil millones de dólares . Su estrategia es invertir esos capitales surgidos del petróleo en empresas privadas globales para continuar generando ganancias e impacto. Financia proyectos gigantescos y tiene, en “Visión 2030″, un plan de crecimiento para distanciar a Arabia Saudita de su dependencia petrolera y expandir su economía hacia otras áreas. Según comunica, lleva generados 500.000 puestos de trabajo.

Poder y deporte: Gianni Infantino, el titular de la FIFA, junto con Mohamed bin Salman, el príncipe heredero de Arabia Saudita
Poder y deporte: Gianni Infantino, el titular de la FIFA, junto con Mohamed bin Salman, el príncipe heredero de Arabia Saudita - Créditos: @MANAN VATSYAYANA / AFP

Si bien tiene distintos ejecutivos, el PIF es presidido y maniobrado por Mohamed bin Salman , el príncipe heredero de Arabia Saudita, de 37 años. El Fondo de Inversión Pública ya desembarcó en los distintos continentes y en diversos rubros: salud, tecnología, bienes raíces, infraestructura, servicios al consumidor, transporte. También en el deporte, claro. Se instaló en franquicias como Newcastle United, el equipo de la Premier League y, prácticamente, privatizó su fútbol. Arabia Saudita es una suerte de nueva Meca del fútbol: la llegada de Cristiano Ronaldo, a comienzos de año, fue la primera pieza del rompecabezas que ahora incluye a Karim Benzema, el vigente Balón de Oro que dejó Real Madrid para cobrar un salario diez veces mayor en Al-Ittihad.

El fondo saudí generó una grieta en el mundo del golf. El suntuoso circuito LIV Golf provocó una ruptura con las costumbres del golf y dividió el mundo de ese deporte. Atrajo a las estrellas a cambio de mucho dinero y fue vista como una especie de liga disidente que, también, se transformó en una amenaza para el tradicional PGA Tour. Esa herida, recién hoy tras el conflicto, empieza a sanarse con la firma de una fusión para administrar las operaciones comerciales.

En el tenis, un deporte que tiene siete patas organizativas (además de la ATP, la WTA, la Federación Internacional de Tenis y los cuatro Grand Slams), no sería saludable que se produjera un conflicto como el que empieza a disiparse en el golf. Por ello también es que Gaudenzi (49 años) se apresuró a aclarar que un potencial acuerdo con el PIF deberá “seguir respetando la historia del deporte y el producto”. “Tienes que preservar algo que es casi sagrado, las reglas del juego (…) Esto no es un videojuego, no es una película” , apuntó el dirigente de la ATP.

El tenis profesional podría asociarse con el Fondo de Inversión Pública de Arabia Saudita, un reino que ya desembarcó en distintos deportes, incluido en el de las raquetas, con la Diriyah Tennis Cup, un millonario torneo de exhibición
El tenis profesional podría asociarse con el Fondo de Inversión Pública de Arabia Saudita, un reino que ya desembarcó en distintos deportes, incluido en el de las raquetas, con la Diriyah Tennis Cup, un millonario torneo de exhibición

“Finalmente. Ellos ven el valor. Nos van a pagar lo que merecemos que nos paguen. Inscríbime”, publicó, en Twitter, Nick Kyrgios (actual 33°, último finalista de Wimbledon). “Arabia Saudita tiene el poder para poder albergar muchos torneos. Yo nunca jugué un torneo oficial allí y veremos qué ocurre, pero no tengo dudas de que acabaré jugando ahí en el futuro”, apuntó el número 1, Carlos Alcaraz, el último domingo luego de ganar el trofeo de Queen’s. Claro que no todos los jugadores están en la misma línea del australiano y del niño maravilla español; uno de los que se oponen a los petrodólares del reino de Medio Oriente es el escocés Andy Murray. El exnúmero uno del mundo, que suele tener una mirada profunda y social de lo que sucede a su alrededor, condenó el historial de derechos humanos de esa nación.

“No jugaría en Arabia Saudita, no . Si yo fuera uno de los golfistas que se quedó con la PGA, probablemente estaría un poco frustrado [con el nuevo acuerdo] y me sentiría un poco decepcionado. Ha habido muchos eventos deportivos diferentes allí en los últimos años, hubo peleas importantes de boxeo, está el golf, creo que también hubo una carrera de Fórmula Uno. Me imagino que sólo será cuestión de tiempo antes de que veamos torneos de tenis jugados allí también. Pero yo ya tengo mi posición tomada”, sentenció Murray.

El griego Stefanos Tsitsipas, actual número 5, en las calles de Yeda, una de las ciudades más importantes de Arabia Saudita
El griego Stefanos Tsitsipas, actual número 5, en las calles de Yeda, una de las ciudades más importantes de Arabia Saudita

No es un hecho nuevo que los eventos deportivos busquen inversores privados externos que los ayuden a desarrollar sus ingresos. En marzo pasado, la WTA (el organismo que gestiona el tenis femenino profesional desde hace cinco décadas), con el objetivo de potenciar su marca, aumentar sus patrocinios y achicar la brecha económica que todavía existe con el circuito masculino, anunció un acuerdo estratégico con CVC Capital Partners, una compañía global de capitales privados que, en su momento, se involucró invirtiendo en la Fórmula 1 y en La Liga española de fútbol. La entidad, con sede central en Luxemburgo, se comprometió a una inversión de US$ 150 millones a cambio de una participación del 20% de una nueva subsidiaria comercial. Casi cuatro meses más tarde, el WTA Tour acaba de anunciar una nueva estructura y un “compromiso hacia la igualdad de premios para 2027 en los torneos WTA 1000 y 500 combinados, y para 2033 en los 1000 y 500 de una sola semana”. Las conversaciones entre la ATP y CVC Capital Partners no avanzaron.

El italiano Andrea Gaudenzi fue reelegido como presidente de la ATP hasta 2026
El italiano Andrea Gaudenzi fue reelegido como presidente de la ATP hasta 2026

Gaudenzi, también en el Financial Times, aventuró que el fondo de riqueza saudí podría colaborar “en una variedad de áreas, como producción de medios, recopilación de datos y tecnología. Hay muchas formas de convertirse en inversor del ecosistema. No se trata solo de crear una nueva gira o comprar un torneo”. Más allá de ese mensaje, está claro que, a partir de ahora, Arabia Saudita se encumbra como escenario potable para distintos torneos oficiales. De hecho, hay muchas chances de que las próximas ATP Next Gen Finals, el torneo que reúnen a los mejores jugadores menores de 21 años, se disputen en Yeda (la segunda ciudad más grande del país) después de varios años en Milán. O que el torneo de Maestros, desde 2021 en Turín, se mude al desierto en el futuro. Desde 2019, en cada mes de diciembre, Arabia Saudita organiza un certamen de exhibición -la Diriyah Tennis Cup- que les sirve a los jugadores de pretemporada para la gira australiana de enero y, sobre todo, para ganar mucho dinero: por lograr la última edición, el estadounidense Taylor Fritz embolsó un millón de dólares, la mitad de lo que obtendría por ganar un Grand Slam.

Después de que los ingresos del ATP Tour cayeran a 93 millones de dólares en 2020, una temporada con cinco meses de inactividad por la pandemia, las ganancias del circuito masculino se recuperaron: según distintos informes, los ingresos brutos de ese órgano totalizaron US$ 250 millones en 2022, frente a los 176 millones de dólares de 2021. Claro que su aspiración es seguir creciendo y, para ello, el fondo de riqueza saudí aparece como un socio ideal. Gaudenzi, que siendo jugador actuó en el ATP de Buenos Aires dos veces (en 2002 y 2003), suele tener un discurso unificador desde su actual función: se opone a la fragmentación en el tenis. Mantener esa filosofía será fundamental para que el tenis, en caso de asociarse con Arabia Saudita, no padezca los mismos cimbronazos que el golf.