Ana Gabriela Guevara, la brillante atleta que se convirtió en todo lo que juró destruir

Ana Gabriela Guevara celebrando su medalla de oro en los Juegos Panamericanos de Río 2007. (ORLANDO KISSNER/AFP via Getty Images)
Ana Gabriela Guevara celebrando su medalla de oro en los Juegos Panamericanos de Río 2007. (ORLANDO KISSNER/AFP via Getty Images)

Ana Gabriela Guevara ha edificado la que, seguramente, es la decepción más grande cuando se habla de federativos en el deporte mexicano. Si alguien entendía de falta de apoyo, era ella, que tuvo que poner fin a su brillante carrera como velocista justamente por ese motivo. Hoy sorprende cada día más su indiferencia y hostilidad contra deportistas que, pese a todo, siguen consiguiendo éxitos ante una CONADE que más bien les representa un obstáculo.

La última estocada al deporte mexicano ha tenido un toque doloroso, porque las acciones tienen consecuencias, pero las palabras calan cuando llevan tanto veneno. “Por mí, que vendan calzones, Avon o Tupperware, pero son deudoras. Les hemos dado 40 millones de pesos y no los han justificado. Son mentirosas porque son 40 millones invertidos, tienen entrenadores, comen, duermen. Se han atrevido a levantar la voz al presidente de la República cuando él entregó el apoyo aun con el COVID. No compitieron durante todo 2022. ¿A ti te pagarían por no ir a trabajar? La ley no tiene sentimientos”, dijo la medallista olímpica a W Radio sobre el equipo de natación artística que consiguió cuatro preseas en el Mundial de Egipto.

No, no deja de sorprender, porque al estilo de Anakin Skywalker, ella tenía que ser diferente: su misión era terminar con las malas prácticas en el deporte mexicano, y no unirse a ellas. En enero de 2008, con logros indiscutidos que le respaldaban, una medalla olímpica (plata en Atenas) y un campeonato del Mundo en París 2003, Guevara puso fin a su carrera de forma definitiva. Se dijo completamente decepcionada y sin energías para continuar. Durante el año previo, sus disputas con Mariano Lara, entonces presidente de la Federación Mexicana de Atletismo, se habían intensificado y la amenaza fue clara de su parte: si la CONADE, dirigida por Carlos Hermosillo, no destituía a Lara, ella no iba a participar en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008.

Lara, que fue denunciado por Guevara, acusado de fraude y peculado, dijo frases que perfectamente podría decir la Ana Gabriela de hoy: "Ella no es nadie, ella no es nadie para pedir una destitución, aquí en México hay instituciones y las instituciones se respetan". Después del Mundial de Osaka 2007, Guevara y toda la Selección de Atletismo alzaron la voz contra Lara, y ella puso siempre la cara por delante. "No me perjudica poner mi cabeza de por medio para poder salvar a los demás y demostrarle a la gente que no lo hago por mi, sino por mi país y por las futuras generaciones. Llegar a este extremo sería un golpe contundente para el deporte de México, para la delegación, pero también una forma de hacer notar que las cosas se tienen que hacer mejor", dijo entonces, en 2007, en declaraciones recogidas por Proceso.

En ese momento, Guevara era la atleta mexicana más importante y tenía apenas 30 años. En ese Mundial de Osaka había terminado en cuarto lugar. Aunque se hablaba de un bajón en su rendimiento, todavía tenía mucho que dar. De hecho ella hablaba de que los Juegos Panamericanos de 2011, en Guadalajara, le representaban un motivo para seguir. Pero finalmente no lo hizo. Lara fue suspendido por cuatro años, pero la resolución no dejó satisfecha a Ana Gabriela, que decidió marcharse del deporte y renunciar a los Juegos Olímpicos.

"Me desmotiva más que motivarme el hecho de no encontrar una solución real, de no ver un rumbo prometedor para el deporte de México. Me voy decepcionada, cansada de no encontrar respuestas, de seguir luchando en vano. De tener once años de carrera deportiva pensando que mi trascendencia y mis resultados iban a lograr que México tuviera otra situación. Las cosas siguen exactamente igual. Sigue siendo política sucia y los beneficios son para muy pocos. Siempre los perjudicados terminan siendo los deportistas", dijo en su conferencia de prensa de despedida.

Después de ese doloroso adiós, Guevara inició una carrera política que la llevó, desde 2018, a ejercer como directora de la CONADE, tras haber sido senadora en la LXII Legislatura y directora del Deporte en Ciudad de México. Y en esta faceta, Ana Gabriela se ha olvidado de todo lo que ella sufrió: ha cortado apoyos a deportistas, ha puesto contra las cuerdas a atletas acuáticos, y ha acusado de no comprobar ingresos a atletas exitosos como Paola Longoria o el equipo de nado sincronizado. Ella lo vivió en carne propia y ahora, cuando se supone que debería ponerse en los zapatos de los atletas, ha decidido asemejarse a quienes le hicieron la vida imposible.

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