Yahoo Noticias Álvaro Fidalgo y su absurda falta que inició la humillante tragedia del América
Álvaro Fidalgo le echó a perder la semifinal de vuelta a su equipo en contra de las Chivas. El futbolista español pudo haber firmado la peor noche de su estancia en México luego de ser expulsado en el Clásico Nacional que, a la postre, provocó la tragedia para el América en un partido que lucía controlado por un instante. En el momento menos esperado, con la ventaja en el marcador global y casi media hora de juego por delante, Fidalgo vio la tarjeta roja y abrió la puerta para que el Rebaño pudiera conseguir su pase a la final de la Liga MX.
La jugada de su expulsión se dio detrás del medio campo, muy lejos de la portería azulcrema. En una jugada que no representaba ningún riesgo por parte del conjunto tapatío, Fidalgo se barrió sobre Fernando Beltrán y lo conectó a la altura de la pantorrilla izquierda. En un principio, el árbitro central le mostró el cartón preventivo al jugador español, pero después de una revisión en el VAR, la sentencia cambió y Fidalgo se tuvo que ir a las regaderas dejando atrás lo que parecía convertirse en un encuentro casi cerrado para el América. A pesar de que el encuentro se empató 1-1 con un tanto de Diego Valdés en el minuto 56, la ventaja azulcrema en el marcador global obligaba nuevamente al Guadalajara ir en búsqueda de dos goles para clasificarse a la final.
Ya con la inferioridad numérica en el campo desde el minuto 61, Fernando Ortiz intentó acomodar sus piezas con aparente desesperación. Lo único que el técnico americanista trató, incluso como un acto de cobardía, fue encerrar a su equipo en su propia mitad del campo y lo terminó pagando con la derrota en su propia casa. Las primeras modificaciones fueron para recomponer el medio campo que presentaba un hueco enorme por la expulsión y recortó la parte ofensiva. La estrategia del Tano fue encerrarse y esperar que los errores de Chivas en la parte baja pudieran brindarle alguna oportunidad en el ataque. Sin embargo, para ese momento ya no contaba con sus mejores atacantes. Incluso, el único jugador plenamente ofensivo era Roger Martínez.
Fue lógico que ante la acción de únicamente defenderse por parte del América, Guadalajara tuvo una amplia variedad de posibilidades para someter a su rival. A partir de los últimos 25 minutos por jugarse, el cuadro tapatío fue amplio dominador del encuentro y aprovechó que las Águilas no supieron siquiera como defenderse a pesar de tener muchos jugadores en zona baja. Chivas, en un suspiro, ya había dado la primera campanada con un segundo gol de Ronaldo Cisneros, pero para suerte del cuadro de Coapa en la jugada del tanto hubo una falta sobre Miguel Layún y el VAR echó para atrás la anotación.
Sin embargo, Chivas finiquitó el encuentro en dos jugadas más tarde. La victoria del Rebaño consagró su pase a la final con un despliegue de juego ampliamente superior al de las Águilas. Paunovic entendió a la perfección cómo lacerar el arco americanista con facilidad, mientras que en el banquillo azulcrema se dedicaron a amontonar jugadores atrás sin tener la convicción de lo que estaban haciendo. Es lógico que la expulsión derrumbó las oportunidades de América para poder mantener el resultado a su favor, pero también quedó demostrado que Ortiz no supo jugar con inferioridad numérica.
Al concluir las acciones, Fidalgo asumió la responsabilidad del resultado y la eliminación. Para él, no había que buscar culpas en el técnico, los demás jugadores o en el presidente del club, simplemente fue cuestión de él mismo. No obstante, quedó claro que la partida táctica la dejó ir el cuerpo técnico americanista que ya no supo cómo revertir la situación. Y Guadalajara, por su parte, dio un partido espectacular en cancha ajena y mostró el brillo que no lucía desde tiempo atrás. Sobre todo, resucitó un Clásico que, durante algunos años, lucía inclinado para un solo lado. A diferencia del América, Chivas contó con un cuerpo técnico capaz de cambiarle el rostro en la eliminación en un instante.
