Alexis Sánchez y el "lastre dorado" en la obligada regeneración de Chile

Santiago de Chile, 28 mar (EFE).- El partido amistoso que Chile ganó por 3-2 a Paraguay el lunes en el estadio Monumental de Colo Colo mostró que hay jugadores que envejecen como el buen vino, asidos a una técnica exquisita que se multiplica con la experiencia, y otros que nunca más serán lo que fueron por mucho que quieran, disminuidos tras perder su principal virtud, el físico.

Los primeros, como un Alexis Sánchez que ha alcanzado en Francia su madurez, están llamados a liderar transiciones exitosas, los segundos, léase Arturo Vidal y en particular Gary Medel, mejorarían su carrera si comprendieran que su valor es dejar paso a los que vienen detrás, con hambre y condiciones para recuperar la senda victoria de su país.

El defensa de Bolonia y el centrocampista de Flamengo, que estiran sus carreras, fueron un "lastre dorado" para la Roja, en particular en la primera parte, en la que fue ampliamente superada por una Paraguay a la que le bastó el orden para adelantarse.

Vidal dio más errados que correctos, llegó casi siempre tarde al choque, no ganó los duelos que lanzó, perdió todos los que le desafiaron, y ni se pudo refugiar en la exhuberancia física que antes le permitía tapar sus carencias y ser clave en ataque y defensa.

Medel fue un fantasma que Eduardo Berizzo, por alguna desconocida razón, mantuvo como ancla del centro durante los 98 minutos que duró el choque, pese a que su aportación en ambas áreas fue nula.

Tanto que hasta la entrada en la segunda parte de Sánchez empeoraron igualmente a sus compañeros de línea, Marcelino Núñez y Felipe Méndez, igual de intrascendentes en la línea de creación.

Y ese sigue siendo el talón de Aquiles de Chile desde la retirada del 'mago Valdivia': la falta de un 10 que introduzca la diferencia, el hombre chico, distinto, imaginativo que tan poco se cultiva en el recio fútbol chileno, pero que es fundamental en el balompié contemporáneo, incluso para los equipos que optan por el fútbol más directo.

LAS BUENAS NOTICIAS

Ese 10 fue ayer Alexis Sánchez, que entró en la segunda parte y revolucionó en unos minutos el encuentro. El juego de Chile no mejoró sustancialmente, pero si tuvo más verticalidad.

La versatilidad del 'niño Maravilla' activó a los laterales: el debutante Guillermo Soto en la derecha y Gabriel Suazo (Toulouse). Más profundos, el primero pudo hacer un golazo en jugada personal y el segundo dejó un pase filtrado de calidad para Alexis que remató la poste de Antony Silva.

Y a Alexander Aravena, la apuesta de Universidad Católica, que junto a Soto fue la mejor noticia para la Roja en el Monumental.

El joven delantero de 20 años se topó con una oportunidad por la lesión de Ben Brereton nada más iniciarse la segunda parte, y no la desaprovechó.

Berizzo había advertido antes del partido que no habría minutos para todos y de hecho solo hizo cuatro cambios en todo el partido, uno de ellos en el minuto 97, pese a que se trataba de un partido de preparación.

Pero el técnico argentino también sabía que del resultado también pendía la continuidad de su proyecto tras siete partidos sin cantar victoria, y quiso amarrar con los restos aun activos de "la generación dorada".

Aravena aportó frescura, que unida a la experiencia de Sánchez, emergió como la fórmula para una selección que pide una renovación.

La prensa chilena alababa el partido del delantero del Olympique de Marsella, pero se lamenta de la decisión de la federación chilena de concertar solo un amistoso en esta fecha FIFA.

Un segundo habría permitido ver una alineación titular con Aravena y Alexis, e incluso dar entrada a valores que el lunes vieron el choque íntegro desde el banquillo, como el volante de Palestino Bruno Barticciotto, otro con magia en las botas.

Y comprobar si, como parece ahora, existe "Alexis-dependencia" y Chile está solo para disputar el último cupo de clasificación, todavía lejos de las grandes selecciones del continente como Argentina, Brasil y Uruguay, pero también de los emergentes como Ecuador, Perú y Colombia.

El exjugador de Inter y Barcelona dejó también la reflexión más importante y con ella le echó un cable de paso al todavía contestado Berizzo: "Hay que guardar en el baúl a la generación dorada. Este es un nuevo período. Yo cambié hasta de número", afirmó incidiendo en que debe ser el estado de forma el que prevalezca.

Lázaro García

(c) Agencia EFE