Alexa Moreno y la vergüenza de 'romantizar' a los héroes pobres de México

Aug 1, 2021; Tokyo, Japan; Alexa Moreno (MEX) on the vault during the Tokyo 2020 Olympic Summer Games at Ariake Gymnastics Centre. Mandatory Credit: Robert Deutsch-USA TODAY Sports
Alexa Moreno, de México, durante su participación en Tokio 2020, donde obtuvo el cuarto lugar en salto de caballo. | Foto: Robert Deutsch-USA TODAY Sports

Por supuesto que la vergüenza no es de ella, sino de quien se cuelga de su hazaña deportiva a sabiendas de que puso dinero de su propia bolsa para lograrla. Como si esa regla fuera lo mejor para obtener grandes resultados cuando lo que refleja es un abandono total hacia el talento en México. Lo que logró Alexa Moreno en los Juegos Olímpicos de Tokio es extraordinario y al mismo tiempo una cachetada para los que han tratado por todas las vías de destruir el deporte amateur, voluntaria o involuntariamente.

Las palabras de la mejor gimnasta en la historia del país no fueron una queja, pero pusieron el dedo en la llaga.

"No es que necesitemos más Alexas Moreno, necesitamos más gimnastas mejores que Alexa Moreno. Requerimos un sistema que funcione, porque estamos como en el kínder, más entrenadores capacitados y gimnasios que estén para tener un nivel verdadero”.

Y no podía tener más razón, sobre todo cuando se fue revelando la trama de sucesos que la llevaron a Tokio y a tener un cuarto lugar bajo el brazo, quedando solo a 17 milésimas del podio por las decisiones de un panel de jueces.

Porque tras su participación salió a la luz que su formación en el último año fue costeada por ella misma, incluso comprando los aparatos profesionales para enfrentar las condiciones que hallaría en la justa olímpica, invirtiendo lo que le dieron de su Premio Nacional del Deporte porque en México no hay un solo gimnasio que tenga las condiciones que requiere una atleta de alto rendimiento.

Esto es más escandaloso cuando la memoria vuelve, pues no es que Alexa surgiera por generación espontánea este año, ni el pasado sino que todos supimos (incluidas las autoridades deportivas) que había una joven con altas posibilidades de tener una medalla desde los pasados Juegos de Río 2016 y luego en 2018, cuando obtuvo el tercer lugar en salto de caballo en los Campeonatos Mundiales de Gimnasia en Qatar. Por si había algún despistado.

Es decir, se tuvieron cinco años para preparar a la que sabíamos era una de las mejores promesas deportivas y simplemente se le dejó a su suerte. Hasta a las participantes del certamen Miss Universo se les procura atención con más detalle, más cuidado y más recursos sabiendo que pueden hacer un buen papel. Sí, es un evento privado, pero la lógica de este argumento se basa en el apoyo y preparación hacia alguien con posibilidades de ganar.

A lo anterior se agrega que la directora de la Comisión Nacional del Deporte, Ana Gabriela Guevara, se le ocurrió pronosticar que de Tokio 2020 México regresaría con al menos 10 medallas, como si en los últimos tres años se hubiera hecho una transformación radical en cuanto al apoyo para atletas con recursos públicos.

Y sin embargo se entiende. Sabemos que hay necesidades más apremiantes en México que requieren dinero con más urgencia que crear gimnasios de alto nivel. Necesidades urgentes como construir pirámides gigantes de cartón en el zócalo de la capital o estadios de béisbol para una disciplina cuya actuación fue la más decepcionante de toda la delegación mexicana en los Olímpicos, y a su vez la que más pena ajena nos dio al romper las reglas ya no solo del buen gusto, sino de lo establecido por el Comité Olímpico Internacional. Hay prioridades pues.

TOKYO, JAPAN - AUGUST 01: Alexa Moreno of Team Mexico competes in the Women's Vault Final on day nine of the Tokyo 2020 Olympic Games at Ariake Gymnastics Centre on August 01, 2021 in Tokyo, Japan. (Photo by Laurence Griffiths/Getty Images)
Foto: Laurence Griffiths/Getty Images

Aquí es donde vale la pena remarcar lo inútil y hasta peligroso que es romantizar esta pobreza que impera en el deporte y muchas ramas donde hay talento y que con más ganas que apoyo al final se logra algo. Cuando no es un boxeador boteando en microbuses para juntar dinero que le permita ir a ganar una medalla, es una gimnasta poniendo de su bolsa lo que se supone debería venir de los impuestos (como los estadios de béisbol y las pirámides). Y aunque eso vuelva más 'épicos' sus logros no debería ser visto como algo normal.

No deberíamos acostumbrarnos a que Guillermo del Toro o el 'Canelo' Álvarez saldrán al rescate cada vez que exista una situación adversa por carencias que deberían estar resueltas de antemano, desde atención médica, hasta apoyo para competir en concursos de matemáticas, desarrollo del arte o clasificaciones deportivas.

No deberíamos festejar a adultos mayores por 'sus ganas de trabajar y sobrevivir' cuando eso refleja la deplorable calidad de vida ante la ausencia de un eficiente plan de retiro y pensiones. Lo normal no es trabajar sin recibir remuneración o competir sin apoyo previo por 'la simple satisfacción de haber servido a la patria', cuando ninguno de esos funcionarios que al final se regodean y celebran con triunfos y esfuerzos ajenos nunca dejaron de recibir su sueldo.

No cabe duda, la hazaña de Alexa Moreno ya la hizo pasar a la historia, pero también puso el dedo en la llaga. Cómo estarán las cosas que ella misma duda de participar en París 2024. Pero al saber lo que tuvo que hacer para estar en Tokio, la entendemos. Y la admiramos más.

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