Alcaraz sobrevive susto en el Abierto de Francia. Jornada agridulce para la armada argentina

Carlos Alcaraz se recuperó tras llevarse un susto en un vacilante segundo set y avanzó a la tercera ronda de Roland Garros.

Después de un abrumador despliegue en el primer parcial, Alcaraz bajó la guardia en el siguiente. Pero el número uno del mundo no demoró en recuperar el foco y sentenció una victoria 6-1, 3-6, 6-1, 6-2 ante el japonés Taro Daniel.

Máximo cabeza de serie en una cita de Grand Slam por primera vez en su carrera, Alcaraz se enredó con las fuertes rachas de viento en la arcilla del estadio Philippe Chatrier.

“Hoy fue difícil por el viento y Taro es un gran rival”, dijo el español de 20 años en la entrevista a pie de cancha. “En torneos como éste hay que saber adaptarte a cualquier situación que pueda surgir, estar concentrado cada punto y jugar a la máxima intensidad”.

Tras superar el bajón de la segunda mano, Alcaraz desató la fuerza de su derecha, llevándose los últimos cinco juegos del partido.

Alcaraz tiene la etiqueta de favorito en París, con la misión de alzar su segundo trofeo de un Slam. El campeón del último Abierto de Estados Unidos tiene una foja de 32-3 este año, incluyendo cuatro títulos.

Su rival de turno será el canadiense Denis Shapovalov, quien superó 6-2, 3-6, 6-3, 6-3 al italiano Matteo Arnaldi.

El argentino Diego Schwartzman encadenó victorias por primera vez desde septiembre del año pasado — en el US Open — al despachar 7-6 (3), 6-4, 6-3 al portugués Nuno Borges.

La mala racha de Schwartzman en los últimos meses le hundió al 95to puesto del ranking y su siguiente rival será el griego Stefanos Tsitsipas (5to preclasificado), quien eliminó al español Roberto Carballés Baena por 6-3, 7-6 (4), 6-2.

“Hay lugares en los que el tenista tiene algo genético (y) responde mejor”, dijo Schwartzman, quien alcanzó las semifinales de Roland Garros en 2020 y los cuartos de final en 2018 y 2021. “A mí me toca acá”.

“Ahora todo es pura felicidad. El ranking está en un segundo plano”, añadió “Tengo que disfrutar de lo que tengo, hacer lo mejor posible y dejarlo todo en la cancha”.

Mientras, su compatriota Nadia Podoroska, la única representante de ese país en el cuadro femenino, cayó ante la checa Karolina Muchova, 43 del ranking, quien acabó con el sueño de la rosarina 6-3, 0-6 y 6-3.

En su retorno al Grand Slam de tierra batida tras la ausencia del año pasado, la semifinalista de 2020 no pudo seguir avanzando frente a una rival que, salvo el bache en el segundo set, se mostró muy superior en el partido.

Estos dos encuentros del miércoles fueron la antesala del intenso día que la armada argentina vivirá el jueves en la tierra batida de París, con nada menos que seis representantes en la segunda tanda de duelos de la segunda ronda.

Pedro Cachín abrirá el fuego con un complicado encuentro ante el croata Borna Coric, decimoquinto cabeza de serie.

También afrontará un compromiso muy difícil Tomás Etcheverry, cuyo rival será el australiano Alex de Minaur (cabeza de serie número 18).

Más sencillo lo tendrá, en teoría, el argentino mejor clasificado en el ránking, Francisco Cerúndolo, cabeza de serie número 23, que se medirá ante un oponente repescado tras caer eliminado en la fase de calificación, el alemán Yannick Hanfmann.

Guido Pella, que sacó adelante un demoledor partido a cinco sets contra el francés Quentin Halys, se las verá con el brasileño Thiago Seyboth Wild, también salido de la calificación y que ayer martes dio la gran sorpresa al apear al número dos mundial, el ruso Daniil Medvedev.

Habrá que ver si Pella acusa el desgaste de su anterior duelo, en el que tres de los cinco sets se resolvieron por desempate, el quinto en un súper “tie break”.

También jugará el jueves Thiago Tirante, quien tras lograr en primera ronda un triunfo muy importante a nivel personal y profesional tratará de continuar su aventura en Roland Garros ante el chino Zhizhen Zhang (71 en la ATP).

El sexto argentino en liza, Genaro Olivieri, un feliz vencedor de primera ronda salido de la calificación, luchará por hacer historia personal en un grande con el italiano Andrea Vavassori, procedente de la misma fase previa.