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Alarma: las mercancías que pagan el precio

Carl Hayman, en Newcastle; el expilar de los All Blacks sufre demencia precoz a los 42 años
Carl Hayman, en Newcastle; el expilar de los All Blacks sufre demencia precoz a los 42 años - Créditos: @Mike Hewitt

Mientras a fines de 2015 el rugby festejaba el éxito deportivo, expansivo y comercial de la Copa del Mundo en Inglaterra, en los Estados Unidos se estrenaba la película “Concussion” (“Conmoción cerebral”; aquí llamada “La verdad oculta”) que refería a las lesiones cerebrales severas y crónicas producidas en exjugadores de la NFL del fútbol americano. Nada hacía prever entonces que poco después ese flagelo iba a estar instalado en el rugby. Los casos que a cuentagotas empezaron a aparecer en 2020 hoy se expandieron a límites altamente preocupantes. En estos días, alrededor de 200 exjugadores británicos e irlandeses, a quienes se agregó recientemente el excapitán de Gales, Ryan Jones, presentaron una demanda ante la World Rugby y las Uniones de sus países, responsabilizándolas por las distintas afecciones cerebrales que sufren, producto de los golpes en la cabeza que recibieron cuando jugaban profesionalmente.

El planteo de los exjugadores apunta a todos los frentes que ataca este problema. Reclaman un juego más seguro para las próximas generaciones y también una atención médica y financiera para quienes son víctimas de estos daños cerebrales, cuyos tratamientos son sumamente costosos. Es que se prevé que los casos aumentarán en los próximos años y que además incluirán a jugadores amateurs. Los especialistas creen que esto es sólo el comienzo y no dudan en relacionar al rugby con la NFL. El tema es tratado con amplitud en estos días por los principales medios británicos, que fueron los que sacaron a la luz la primera historia fuerte, la del exhooker de Inglaterra, Steve Thompson, quien no recuerda que ganó la Copa del Mundo en 2003. Thompson tiene apenas 44 años y muchas veces en el día ni siquiera puede memorizar el nombre de su mujer.

Steve Thompson, el rugbier inglés que no recuerda haber ganado la Copa del Mundo en 2003 por sufrir daño cerebral.
Steve Thompson, el rugbier inglés que no recuerda haber ganado la Copa del Mundo en 2003 por sufrir un daño cerebral - Créditos: @Odd Andersen/AFP

Desde que se profesionalizó en 1995, el rugby viene experimentando drásticos cambios en el físico, la potencia y la velocidad. Es un patrón de todos los deportes en las últimas décadas. Pero el rugby tiene otra naturaleza en el juego; es físico, de contacto. El problema es que se transformó en un deporte de colisión. Como la NFL. Por eso si se quiere ir a la raíz de la cuestión se necesitarán cambios drásticos en el reglamento. Y no se trata únicamente de lo que ya se está haciendo con los protocolos de conmociones cerebrales ni con las tarjetas rojas. Habrá que revisar, si se quiere ir a fondo y no esperar a lo que digan los tribunales, los sistemas defensivos y la cantidad de cambios, por nombrar sólo un par de aspectos. ¿Cuántos golpes en la cabeza se producen en un continuado de pick&go?

“Concussion” retrata al médico nigeriano Bennet Omalu, un patólogo forense y psiquiatra que estudió las lesiones en el cerebro del cadáver de Mike Webster, jugador de los Pittsburgh Steelers que murió a los 50 años. Omalu –interpretado en la película por Will Smith– fue el primero en descubrir la encefalopatía traumática crónica (ETC) en el fútbol americano. Geoff Old, ex All Black, ofreció su cerebro a una universidad de Nueva Zelanda para que se lo investigue una vez que haya partido. Old padece demencia. Sus médicos han dicho que probablemente sea ETC. La Unión de Nueva Zelanda cree que lo de Old es depresión y no por los golpes que recibió jugando al rugby. Old e Irene, su mujer, están trabajando y buscando apoyo para armar un centro que cobije a todos los ex jugadores de rugby que padecen demencia o Alzheimer. Un modelo como el que aquí tiene la UAR con los lesionados cervicales graves a través de la FUAR.

Carl Hayman, expilar de los All Blacks, sufre demencia precoz a los 42 años. Dijo que al contrario de la mayoría, él tiene la fortuna de poder costear su tratamiento. Pero también remarcó: “Yo era una mercancía en el rugby. Ahora estoy pagando el precio”.

El doctor Bennet Omalu fue quien alertó de la gravedad de la encefalopatía traumática crónica en los jugadores de fútbol americano
Bennet Omalu fue quien alertó de la gravedad de la encefalopatía traumática crónica en los jugadores de fútbol americano