Ajedrez: cómo romper el empate, ese refugio que es sólo un escape de la derrota

Magnus Carlsen empató muchas partidas en el torneo Norway Chess y eso comprometió sus chances de volver a ser campeón, a raíz del discutido sistema de desempate Armageddon.
Magnus Carlsen empató muchas partidas en el torneo Norway Chess y eso comprometió sus chances de volver a ser campeón, a raíz del discutido sistema de desempate Armageddon. - Créditos: @Twitter

Hay deportes que cuentan con el empate como uno de los resultados posibles, y otros que no. Entre las disciplinas por equipos más populares, en el fútbol hay empate, y en el básquetbol, no. Entre las individuales, el ajedrez admite el empate, y el tenis, no. El empate es como un refugio psicológico que permite a ambos oponentes un escape de la derrota. Se parece a una interpolación del mundo diplomático o político; es el pacto que anula el conflicto. Pero el empate en sí mismo parece ir contra la naturaleza agónica del deporte, que desde el primer momento busca un ganador, alguien que se ciña el laurel de la victoria.

En el fútbol, en las instancias supremas, cuando ya el empate es inadmisible, se resuelve la cosa con una definición por penales. En el torneo de Noruega de ajedrez se instrumentó un sistema para dirimir los empates. Es así: las partidas se desarrollan a un ritmo de juego habitual; se otorga tres puntos al ganador y ninguno al perdedor, y en caso de empate, un punto a cada uno, pero se juega una partida más, a ritmo veloz, en el sistema Armageddon, y el ganador de esta última recibe medio punto adicional.

Magnus Carlsen se coronó en Stavanger; el noruego, campeón mundial, definió contra su antecesor búlgaro Veselin Topalov.
Magnus Carlsen se coronó en Stavanger; el noruego, campeón mundial, definió contra su antecesor búlgaro Veselin Topalov. - Créditos: @Twitter


Magnus Carlsen se coronó en Stavanger; el noruego, campeón mundial, definió contra su antecesor búlgaro Veselin Topalov. (Twitter/)

¿Cómo es el sistema Armageddon? Quien conduce las piezas blancas recibe también más tiempo en el reloj, pero el que juega con negras gana si la partida termina en empate. Es un sistema polémico, porque algunos opinan que beneficia a las negras, pero hay que tener en cuenta que en las partidas rápidas se da un bajo porcentaje de empates. De este modo, en el caso de igualdad en el ritmo de juego clásico, el que gana esa partida adicional recibe un punto y medio, mientras el que pierde, sólo un punto.

Carlsen, campeón con lo justo

Así las cosas, en el Norway Chess el gran maestro local y campeón del mundo Magnus Carlsen ganó tres partidas e igualó en seis, y en el desempate Armageddon ganó tres y perdió las otras tres, lo que permitió que rivales que sumaron menos puntos que él en las confrontaciones clásicas pero tuvieron un mejor desempeño en los desempates (el azerí Shakhriyar Mamedyarov, segundo a un punto, y Viswanathan Anand, tercero a dos) se le acercaran bastante en la tabla de posiciones. Al final, ninguno logró alcanzarlo, pero este nuevo sistema agrega una cuota de incertidumbre a la definición de los torneos de ajedrez.

Lo cierto es que con esta modalidad Carlsen se impuso en Stavanger, por cuarta vez consecutiva, al empatar a ritmo clásico con un ex campeón mundial, el búlgaro Veselin Topalov.