Por la agresividad de padres y jugadores, suspendieron las ligas infantil y juvenil de fútbol de Santa Fe porque no quieren toparse con una muerte

Familiares de jugadores infantiles y juveniles y discuten y pelean con rivales, y a veces son los propios futbolistas quienes piden calma; por el entorno de violencia, la Liga Santafecina de Fútbol suspendió los torneos menores, hasta nuevo aviso, en pos de evitar "un fallecido".
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SANTA FE.– Fue tal como se preveía. La agresividad creciente de padres de futbolistas infantiles contra árbitros, asistentes y rivales y la intolerancia entre los propios jugadores terminaron generando una decisión drástica de la Liga Santafesina de Fútbol (LSF): suspender por tiempo indeterminado los torneos de inferiores e infantiles, que se desarrollan habitualmente los domingos, “por inconductas, violencia y falta de respeto” en los campos de juego.

Los hechos no son nuevos ni exclusivos de las canchas de la liga local. Ocurren en distintas ciudades de varias provincias, pero en el Gran Santa Fe alcanzaron un límite. Según se justificó la adopción de la medida, hay denuncias contra padres y familiares que agreden a los árbitros y jueces de línea, y que hasta llegaron a protagonizar serios enfrentamientos con jugadores de equipos rivales y sus papás.

“Semanalmente, algunos árbitros, entre ellos, muchos asistentes, llegan a la Liga y entregan la casaca, las tarjetas y los silbatos. No quieren seguir dirigiendo. Y todo porque en un partido, sea de infantiles o de juveniles, se genera un ambiente denso, de mucha presión. Eso no puede ser”, sostuvo Leonidas Bonaveri, presidente de la Liga Santafesina de Fútbol, ante una consulta para LA NACION. “Puede parecer una medida extrema, pero no queremos venir un lunes a la Liga y enterarnos de un fallecido o de un herido grave. Deben saber todos que de un tiempo a esta parte, cada domingo nos sorprenden la intolerancia, la falta de cordialidad y la agresividad en las canchas de la Liga, cuando debería ser una fiesta para fomentar el crecimiento y la convivencia de los niños y adolescentes”, agregó.

Un comunicado de la Liga afirmó: “Con gran consternación nos vemos en la obligación de suspender por tiempo indeterminado las competencias de las inferiores e infantiles de la Liga Santafesina de Fútbol. Ante los reiterados hechos de inconducta, violencia y falta de respeto a los valores que se pregonan desde los objetivos institucionales de nuestra Liga, hemos tomado la drástica decisión de poner un punto y aparte para llamar a la reflexión a todos los participantes de nuestras competiciones: Jugadores, entrenadores, hinchas, padres y simpatizantes”.

Para la entidad, fundada el 24 de junio de1931, “desde un tiempo a esta parte, cada domingo nos sorprende la intolerancia, la falta de cordialidad y la agresividad, en las canchas de la Liga, cuando debería ser una fiesta para fomentar el crecimiento y la convivencia de los niños y adolescentes. El espíritu del deporte está puesto en jaque por la insatisfacción de quienes, pretendemos, contribuyan a la educación de los jóvenes que se alejan de los vicios de la calle, con la pelota como argumento para desarrollar una vida sana. Hemos sido testigos de escenas dónde los propios jóvenes jugadores solicitan a los asistentes, en su mayoría familiares, que depongan actitudes irresponsables que alteran el estado de propios y extraños”, amplió.

Finalmente, la Liga apela al compromiso de todos los que la integran: “Queremos que el fútbol sea una fiesta, una forma de vida. Y que las canchas de nuestra Liga sean un lugar para formarse como deportistas y personas de bien. No queremos lamentar males mayores. Vamos a trabajar fuertemente con nuestros clubes miembros para revertir esta triste situación. Hasta tanto, la pelota no se mueve”, subraya.

Para Gonzalo Rodríguez, presidente del Colegio de Árbitros de la LSF, “la cuestión no pasa solamente por los árbitros. El tema pasa por la formación del jugador juvenil”. Hay una crítica a la labor de los referís, pero la situación general está desmadrada. Y Rodríguez entiende que tiene otro origen. “Lo que estamos haciendo mal es que queremos justificar a través de los árbitros el problema mayúsculo que tenemos: los primeros formadores, es decir, los padres, ya que algunos ven en el contrario a un enemigo y al árbitro como una persona a la cual hay que destruir. El primer formador es la familia, y no está inculcando los valores que pregona la Liga. Por decantación caen los árbitros, dirigentes, y así caen todos. Hoy estamos a nada de que tengamos una desgracia en una cancha o en un estadio”, agregó.

Los dirigentes de los clubes son conscientes de lo que sucede. Como ejemplo, Alejandro Vázquez, coordinador del fútbol de Deportivo Agua Fútbol Club, sostuvo: “El problema es de todos, y no sólo de inferiores. La sociedad, la gente, los padres y los técnicos: todos están locos. Todos tienen que asumir su responsabilidad, porque los dirigentes en su mayoría conocen a los violentos, y tienen que sacarlos de sus clubes. Y los árbitros deben tener una gestión que asegure la capacitación y organizarse de modo distinto, porque alguien tiene que guiar a los chicos cuando recién arrancan. Pero tienen que involucrarse todos, y yo no me excluyo porque soy parte de la Liga. Considero acertada la medida, pero si se va a hacer las cosas en serio y asumen la responsabilidad todos los estamentos de la Liga. Todos tenemos que hacernos cargo de nuestra parte”.