Abierto de Palermo: volvió el histórico Chapaleufú y sacudió el polo al vencer a La Natividad con 15 goles del debutante Rufino Bensadón

Rufino Bensadón celebra lo que pocos creían factible: Chapaleufú le ganó a La Natividad, el equipo sensación de esta Triple Corona, con un gol de oro en el Campeonato Argentino Abierto.
LA NACION/Sergio Llamera

Definitivamente, el Abierto de Palermo hizo historia este sábado. Luego de que en el primer turno marcara un récord Adolfo “Poroto” Cambiaso al estrenarse en el torneo a los 15 años, el Campo Argentino de Polo vibró con la vuelta triunfal de un club glorioso y un resultado asombroso: Chapaleufú, dueño de 10 conquistas en el Argentino Abierto, reapareció con un equipo luego de tres temporadas y se impuso a la sensación de 2021, La Natividad, y además Rufino Bensadón, de 19 años y en su primera vez en certamen más importante del mundo en el polo, anotó 15 goles, en esa victoria por 17 a 16. Memorable.

Bensadón, hijo de Francisco y bisnieto de Antonio Heguy, tiene 7 tantos de handicap e hizo recordar al estreno absoluto de un monstruo del polo, Adolfo Cambiaso, que en su presentación en 1992 marcó 16 tantos en un 23-7 de Ellerstina a Los Indios, a los 17 años. El crack, aún vigente a los 46, construyó una carrera fastuosa, llena de récords, como las que prometen implícitamente su hijo y Rufino.

Se abrazan Juan "Gris" Zavaleta y Julián De Lusarreta, los "veteranos" de un Chapaleufú inexperto; a la izquierda, Rufino Bensadón, un goleador asombroso.
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Se abrazan Juan "Gris" Zavaleta y Julián De Lusarreta, los "veteranos" de un Chapaleufú inexperto; a la izquierda, Rufino Bensadón, un goleador asombroso. (LA NACION/Sergio Llamera/)

Bensadón definió con un gran remate, alto, en un penal de 60 yardas que fue gol de oro. El chukker suplementario fue un clímax de suspenso y vibración de un partidazo que al principio parecía sujetarse a la lógica, pero que fue derivando en la incredulidad de un David desafiando, y golpeando, a un Goliat que de tan crecido de golpe se había vuelto candidato fuerte a levantar la copa en la Catedral. La Natividad estuvo al frente al principio (7-4), pero los chicos de camiseta blanca dieron más que el buen espectáculo que se esperaba. Lindo polo sí, pero un batacazo no parecía posible en la cancha 1 de Palermo esta vez.

El regreso de Chapaleufú fue fenomenal, en un encuentro lleno de aristas. Bensadón y Felipe Dabas, otro debutante absoluto en el campeonato, con 18 años, son muy amigos de los hermanos Castagnola, con quienes de hecho han ganado el Intercolegial por la Copa Santa Paula. Pero lejos estaban en los papeles de tener chances reales de quebrar a La Natividad, el reciente campeón del Abierto de Hurlingham, que venía de derrotar a los poderosos La Dolfina y RS Murus Sanctus. Sin embargo, la mezcla de camiseta gloriosa, hambre y talento de los chicos pudo con el equipo sensación de esta Triple Corona.

Rufino Bensadón le gana la corrida a su amigo Bartolomé Castagnola (h.); los adolescentes de 19 y 20 años forman parte de una camada excelente.
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Rufino Bensadón le gana la corrida a su amigo Bartolomé Castagnola (h.); los adolescentes de 19 y 20 años forman parte de una camada excelente. (LA NACION/Sergio Llamera/)

Bensadón y Dabas comparten Chapaleufú con dos veteranos: Juan Martín Zavaleta, un buen polista que no ha tenido oportunidades en conjuntos fuertes, y Julián De Lusarreta, un jugador rendidor que, a pulmón, lleva adelante su trayectoria. Rufino y Felipe son lo que viene, una parte importante de esa camada de adolescentes estelares que integran los propios Poroto Cambiaso y Bartolomé (h., 20 años) y Camilo (18) Castagnola. Mucho talento, mucha pasión por el polo en cada uno. Así y todo, era impensable que este Chapaleufú más modesto, con un 50% de debutantes, venciera a La Natividad. Los handicaps decían mucho: 36 goles contra 29.

Pero este 2021 un poco loco en la elite da como para todo. La lógica de las valorizaciones viene siendo quebrada varias veces, pero ninguna como el sacudón de esta tarde. Que vale no sólo por el partido en sí, sino que hace pensar en un nuevo mapa de la zona B. ¿Será el esperado Murus Sanctus vs. La Natividad la definición de este grupo, el cruce que definirá al segundo finalista de Palermo? Si cualquiera le gana a cualquiera, la resolución está más abierta que nunca. Todo parece posible en esta Triple Corona.