Abierto de Palermo: Juan Martín Nero, el estandarte que volvió para cumplir el sueño de Adolfo Cambiaso

Juan Martín Nero se encamina a los mimbres para uno de sus cinco goles en la final
Juan Martín Nero se encamina a los mimbres para uno de sus cinco goles en la final - Créditos: @LA NACION/Santiago Filipuzzi

Cada vez que tiene oportunidad, Adolfo Cambiaso le agradece públicamente que haya vuelto. “Gracias por ayudarme a cumplir mi sueño”, repite. El elogio va también para David Stirling, pero tiene a Juan Martín Nero como principal destinatario. El back fue la gran figura de La Dolfina en la final y no sólo contribuyó a cumplir el anhelo de Cambiaso sino que él mismo agigantó su leyenda con una actuación soberbia.

“Era lo que le faltaba a este hijo de p…”, bromeó Nero, en referencia a Cambiaso en los palenques. “Son impresionante las cosas que hizo. Todo lo que se propone lo logra. Hoy jugamos bien, estuvimos sobrados de caballos. Los cuatro tuvimos un gran día, de otra forma no se le podía ganar a un equipo como La Natividad.”

Implacable en la marca, Juanma Nero descolló en Palermo
Implacable en la marca, Juanma Nero descolló en Palermo - Créditos: @LA NACION/Santiago Filipuzzi

Pero Nero estuvo lejos de ser un mero soporte para Cambiaso y su hijo Poroto. En la final fue determinante, primero anulando a Camilo Castagnola, el jugador más peligroso de La Natividad y mejor jugador del certamen, y después lanzándose al ataque con criterio y, sobre todo, velocidad para anotar cinco goles, el máximo de su equipo en tantos de jugada. Merecidamente se quedó con el premio Gonzalo Heguy al Mejor Jugador del Partido y también el premio de la AACCP al mejor montado, por Anay Sur Brandy.

“Es impresionante haber llegado a la final, haber ganado como se ganó. Estoy feliz”, continuó Nero. Cuando armamos el equipo esto parecía lejano. Ahora hay que festejar, porque puede haber sido el último, nunca se sabe.”

Nero volvió a demostrar su jerarquía como último hombre de La Dolfina y cuidó con solvencia las espaldas de Cambiaso
Nero volvió a demostrar su jerarquía como último hombre de La Dolfina y cuidó con solvencia las espaldas de Cambiaso - Créditos: @LA NACION/Santiago Filipuzzi

La Dolfina y Nero habían tomado caminos separados luego de conquistar el noveno campeonato en 10 años de convivencia, pero el afecto pudo más y la ruptura duró poco. Apenas finalizó el Abierto 2021 se anunció el regreso. Su actuación estuvo a la altura de sus pergaminos y resultó vital para que La Dolfina volviera a los más alto. El 15º título para el equipo de Cañuelas, el primero con los Cambiaso padre e hijo juntos y el 12º para Nero, que se coloca como el sexto jugador más ganador de la historia.

Si habrá extrañado Cambiaso a Nero el año pasado, que terminó él jugando de back. Fue un año de transición, mientras junto con Stirling esperaba sumar a su hijo y cumplir otro sueño. El primero era jugar con Poroto sin dejar de ser competitivo. Rápidamente se demostró que era posible y ganaron Hurlingham. El segundo era algo que estaba más allá de su imaginación: ganar el Campeonato Argentino Abierto. La presencia de Nero resultó decisiva en la consagración.

De nuevo en el podio y con la copa, junto a Poroto y Adolfo Cambiaso, y Pelón Stirling; fue el 12° Abierto para Nero
De nuevo en el podio y con la copa, junto a Poroto y Adolfo Cambiaso, y Pelón Stirling; fue el 12° Abierto para Nero - Créditos: @LA NACION/Santiago Filipuzzi

El Dream Team Cambiaso-Stirling-MacDonough-Nero se desmembró a fines de 2020 y abrió el inicio de una nueva era en el polo. Cambiaso y Stirling siguieron arriba del barco, esperando sumar a Poroto; Nero pasó a Murus Sanctus, junto a Pablo Mac Donough. Un experimento de 39 goles que resultó fallido. En transición, La Dolfina alcanzó un logro no menor al llegar a la final del Abierto, donde cayó ante La Natividad. Pero Cambiaso no se conforma con segundos puestos. Por eso, para cumplir el sueño de jugar al lado de su hijo, fue al primero que llamó. Quería jugar, pero también quería ganar. Por eso recurrió a la solvencia y el talento del ‘Emperador de Trenque Lauquen’, como lo bautizó Gustavo Sgalla.

Nero le dio a esta versión de La Dolfina equilibrio, orden y, sobre todo, la seguridad a Cambiaso y Poroto de poder ir para adelante sabiendo que tienen las espaldas bien cubiertas. Resignó algo de circulación y peso ofensivo, es cierto, pero no tanto. El funcionamiento de esta versión de La Dolfina difiere sensiblemente de la del Dream Team, aunque sólo haya cambiado una pieza: Poroto en lugar de Mac Donough. El equipo estaba orientado a Cambiaso, ahora el foco pasó a ser Poroto. Eso obligaba a Nero a redoblar sus esfuerzos en la retaguardia.

Lo mejor de la final del Abierto

Aunque la relación no es directa, ya que el sistema de juego tiene más relevancia que la actuación individual del back, su descomunal despliegue resultó determinante para que La Dolfina fuera el equipo más difícil de quebrar en defensa. Los 31 goles en contra en la etapa regular y el promedio de ocho por partido son las mejores marcas de todo el Abierto. Pero Nero no renunció a su esencia, esa que, aun siendo una pared atrás, lo diferenciaba de los demás backs por su capacidad de ir para adelante y hacer goles. De hecho, terminó como el segundo goleador del equipo en el Abierto, con 14 conquistas.

Juan Martín Nero nació en Trenque Lauquen el 14 de abril de 1981 (tiene 41 años). Debutó en el Abierto de Palermo en 2004 jugando para Indios Chapaleufú, como reemplazante del lesionado Marcos Heguy y llegó a la final. En 2008, pasó a Ellerstina en lugar de Matías Mac Donough y el impacto fue inmediato: campeón del Abierto por primera vez. La relación con los Pieres se extendió por tres años e incluyó también la conquista de la Triple Corona en 2010, pero al año siguiente pasó junto a Pablo Mac Donough a La Dolfina y, con Cambiaso y Stirling, armaron el Dream Team. “Jaque mate al polo”, como calificó Pepe Heguy al pase de Nero. Nueve títulos en 10 años para llegar a 12 e igualar a Enrique ‘Quito’ Alberdi como el sexto más ganador del Argentino Abierto. Quedó a uno de Alfredo Harriott en la tabla que lidera Juan Carlos Harriott (h.), con 20.

Ofertas no le faltaron después de la experiencia Murus Sanctus. Pero eligió la lealtad hacia sus amigos Cambiaso y Stirling. Terminar el año levantando el trofeo más importante del mundo del polo era una posibilidad, pero también una apuesta de largo aliento. Cambiaso cumplió su sueño. Y mucho tuvo que ver la vuelta de Juan Martín Nero, el mejor back del mundo.