Yahoo Noticias Abierto de Palermo: cómo fue uno de los capítulos más grandes sin trofeo en la imponente carrera del emperador Adolfo Cambiaso
Hay que agregarle un hito a la leyenda de Adolfo Cambiaso en Palermo. Este no valió ningún título ni le sirvió para quebrar ningún récord, pero tiene el mismo valor a la hora de cuantificar la grandeza de uno de los dos mejores polistas de todos los tiempos.
La victoria de La Dolfina por 16-14 en el clásico ante Ellerstina, en otra actuación imperial de Cambiaso, autor de 11 goles, es una muestra más de su calidad de jugador, a los 46 años. La excelsa performance de David Stirling y Francisco Elizalde contribuyó en igual medida al triunfo, que deja al equipo de Cañuelas a las puertas de la final: debe vencer el jueves a La Irenita y aguardar por una victoria de Ellerstina sobre La Ensenada el sábado.
El equipo de los Pieres, en cambio, está virtualmente eliminado. Será finalista sólo si La Irenita derrota La Dolfina y la Z luego vence a La Ensenada, que a su vez debe ganar para llegar a la final.
El resultado definitivo de este sábado no cuenta la historia del partido. A mediados del sexto chukker La Dolfina goleaba por 15-5 y el vencedor ya estaba definido. Pocas veces en la historia de este clásico se vio tanta diferencia de juego entre un equipo y el otro. Un triunfo de La Dolfina estaba dentro de las posibilidades, como cada vez que Cambiaso está en una cancha, pero por antecedentes recientes Ellerstina llegaba con una porción más de favoritismo.
La Dolfina venía de perder inesperadamente frente a La Ensenada y en toda la temporada no había alcanzado un funcionamiento armónico, según admite el propio Cambiaso. Está en un año de transición, entre la salida de Pablo Mac Donough y Juan Martín Nero y la llegada de su hijo, Poroto, anunciada para 2022. Para peor, antes de este partido perdió a Diego Cavanagh, afectado por un bochazo en los testículos en una práctica en la semana. Alejandro Muzzio, que volvió a jugar el Abierto después de varios años, lo reemplazó con eficiencia.
El partido comenzó parejo, pero en el tercer chukker La Dolfina empezó a distanciarse. Mucho más rápido para anticipar la jugada, con Cambiaso arrancando de back pero lanzándose al ataque por sorpresa, bien relevado por Stirling, que está jugando su mejor polo; con Elizalde pegándole desde todos lados (hizo un golazo de larga distancia y otros tres disparos teledirigidos pasaron a centímetros de los arcos), robando y poniendo a sus compañeros en posición de gol, y Muzzio peleando arriba y como amenaza constante.
Ellerstina, desconocido. Cometió infinidad de fouls, perdió pelotas en las salidas, falló goles frente a los mimbres. Parecían dos equipos jugando a velocidades distintas. La gran diferencia estuvo en la actitud. La ausencia de Nicolás Pieres se notó más en el costado anímico que en el polístico, ya que su reemplazante, Alfredo Cappella Barabucci, rindió por encima de sus compañeros.
Con el correr de los chukkers, La Dolfina fue alimentando ese espíritu de lucha y empezó a sentirse más suelto en su juego. Cambiaso pasó a probar desde lejos y encontró el arco en reiteradas ocasiones. Además, estuvo inmaculado en los penales: 100% de efectividad con bocha quieta, incluidos dos de 60 yardas y un córner.
Un parcial de 3-1 en el tercer período adelantó a La Dolfina 8-5. Lo mejor vendría en el quinto: 5-0 para ponerse 13-5 (incluido el bombazo de Elizalde), y después de la pausa siguiente el golpe de knock-out: un golazo de Cambiaso para poner el duelo 15-5 y volver al medio aplaudido por la platea central. Era una cuarta fecha, pero Palermo mostró otra cara, con las tribunas A, B y C casi llenas y una buena ocupación del lado de Dorrego, donde por primera vez este año se habilitó una tribuna lateral, que aprovecharon los bulliciosos hinchas de La Dolfina para poner música a la tarde.
“Es un afano, ¡suspéndanlo!”, cantaban los hinchas embanderados en ese decisivo sexto chukker. Ellerstina mostró orgullo y a partir de entonces puso el pie en el acelerador, al punto de anotar los últimos siete goles del encuentro, pero ya era tarde. Ese repunte se combinó con un relajamiento de La Dolfina, que ya se sentía ganador.
Los palenques de Ellerstina al final del partido reflejaron la desazón por gran una oportunidad desperdiciada. Por cómo llegaba su rival, era la mejor chance en una década de derrotar al conjunto de Cañuelas. Otra vez no ocurrió. Sin diálogo con la prensa y luego de una media hora en el interior del búnker, el primero que salió fue Hilario Ulloa, que explicó a un allegado que vivían la situación como a una eliminación, por las remotas chances ya de clasificarse. Gonzalito Pieres fue el siguiente; cruzó unas palabras con su padre, Gonzalo, y volvió a entrar. Al rato salió Facundo. Cabizbajo, charló con allegados y luego hizo algunos autógrafos y se tomó unas fotos con hinchas. Apoyado en una valla y con la mirada perdida, casi llorando, recibió consuelo y un abrazo de su esposa.
A la hora de la verdad, La Dolfina volvió a mostrar su paternidad. En 19 enfrentamientos con Ellerstina en Palermo, sumó su triunfo número 16. Los últimos 10 habían sido en finales. Esto fue apenas la penúltima fecha de la zona, pero bien puede valerle a La Dolfina el pase al partido decisivo. Y Adolfo Cambiaso no va a conformarse con eso.
Síntesis de La Dolfina 16 vs. Ellerstina 14
La Dolfina: Alejandro Muzzio, 8; Francisco Elizalde, 9; David Stirling, 10, y Adolfo Cambiaso, 10. Total: 37.
Ellerstina: Facundo Pieres, 10; Hilario Ulloa, 10; Gonzalo Pieres (h.), 9, y Alfredo Cappella Barabucci, 8. Total: 37.
Progresión: La Dolfina, 1-2, 3-2, 5-4, 8-5, 13-5, 15-7, 16-9 y 16-14.
Goleadores de La Dolfina: Muzzio, 1; Elizalde, 2; Stirling, 2, y Cambiaso, 11 (6 de penal y 1 de córner). De Ellerstina: F. Pieres, 9 (3 de penal); Ulloa, 2; G. Pieres, 2, y Cappella Barabucci, 1.
Jueces: Gastón Lucero y Guillermo Villanueva (h.). Árbitro: Martín Pascual.
Cancha: Nº 1 de Palermo.
