La inclusión de Abel Ruiz revela el principal problema de Luis Enrique

MARIBOR, SLOVENIA - MARCH 27: Abel Ruiz of Spain walks in the field during the 2021 UEFA European Under-21 Championship Group B match between Spain and Italy at Stadion Ljudski vrt on March 27, 2021 in Maribor, Slovenia. (Photo by Marcio Machado/Getty Images)
Marcio Machado/Getty Images)

El problema sigue siendo el mismo. Falta gol porque falta calidad diferencial en el área rival y faltan atajos para convertir los procesos en victorias. A partir de ahí, todas las decisiones, consecuencias, sorpresas y resultados se entenderán mejor.

Ayer Luis Enrique volvió a jugar una baza entre el marketing, la política y el fútbol, mostrando la inesperada mano de Abel Ruiz y dejando caer el mensaje que se escondía tras su convocatoria: su delantero es Álvaro Morata, pero el casting sigue abierto... siempre que puedas hacer las cosas que hace Morata.

De forma intencionada o no, el seleccionador volvió a evidenciar el problema que acusa la presente generación a la par que reforzó su convicción en la idea que llevó a España, no sin sufrimiento, hasta las semifinales de la pasada Eurocopa. El modelo de Luis Enrique necesita "un Álvaro Morata de 35 goles", de un gol cada media ocasión y dos goles cada ocasión y media. Como hoy por hoy no existe delantero español que presente unas cifras lo suficientemente contundentes como para poner en jaque su idea, 'Lucho' se conforma con el único Morata que tiene. Y por si acaso, prueba con alguno otro que se le parezca.

Los goles acortan procesos, insuflan confianza en el ánimo del colectivo, asientan las dinámicas, permiten a los equipos construirse sobre relaciones de confianza. En general, gol llama a gol, a mejor juego y a mejores equipos. Pero ante la falta de un goleador diferencial, Luis Enrique pondera su idea por encima de todo. Ha construido un equipo que gana porque juega mejor y no porque marca más goles. Una España que domina desde el juego, pero no desde el marcador.

Aquí es donde entra nuestro impensado protagonista. Almusafes, Comunidad Valenciana, año 2000. Allí nacía Abel Ruiz, que después se formaría en la cantera ché, se refinaría en La Masía y se proclamaría impertérrito capitán de las categorías inferiores campeonas de Europa sub 17 y sub 19. Ahora, Abel llega a la absoluta tras su buen momento en el Sporting de Braga, con el que ha anotado o asistido en los dos últimos encuentros disputados frente a Sporting de Lisboa y Moreirense, superando incluso su momentánea suplencia derivada del fichaje del también español Mario González.

Si bien es cierto que sus números ligueros durante el curso pasado no destacan especialmente (3 goles en 25 partidos), los registros de Abel mejoran notablemente cuando se observan desde una perspectiva global: en los 2059 minutos que disputó en 39 partidos entre todas las competiciones de la 20/21, Abel Ruiz marcó o asistió en 17 ocasiones; esto es un gol producido cada 121', aproximadamente. Si hacemos este ejercicio con Morata, obtendremos como resultado que Álvaro fabricó un tanto cada 88 minutos (32 goles y asistencias en 2823').

Aunque los números funcionan como argumentos sólidos, no siempre son suficientes para tumbar los prejuicios. De poco sirve jugar bien en los apoyos, descargar de cara para aclarar las jugadas y dejar de cara a los compañeros, trazar movimientos que habiliten nuevos caminos hasta la meta rival... si no marcas. Una vez te han colgado el cartel de fallón, lo llevas chungo. Que se lo pregunten a Morata. No obstante, si no manejas ese perfil, con Luis Enrique, también lo llevas chungo. Que se lo pregunten a Borja Iglesias, Rafa Mir o Iago Aspas.

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