Al menos 42 muertos y miles sin techo tras fin de semana de lluvias e inundaciones en Haití

Un fin de semana de lluvias torrenciales e inundaciones generalizadas en Haití dejó al menos 42 muertos, 11 desaparecidos y más de 13,300 personas sin hogar, informó la agencia gubernamental de respuesta a desastres.

Según la Oficina de Protección Civil, el temporal también afectó al menos a 7,475 familias e inundó al menos 13,633 viviendas en varios departamentos. La ciudad de Léogâne, al sur de Puerto Príncipe, fue la más afectada. La ciudad también registró al menos 11 muertes, dijo el lunes Jerry Chandler, jefe de la Oficina de Protección Civil, cuando el número de víctimas mortales seguía rondando la treintena y advirtió que las bajas eran aún preliminares.

El lunes por la tarde, las cifras se actualizaron para mostrar que los daños son aún mayores de lo que se pensaba inicialmente. Al menos 85 personas resultaron heridas, según las autoridades.

“El mayor impacto fue en la región oeste”, dijo Chandler, refiriéndose a la zona que abarca la capital.

En la capital también se vieron afectados importantes centros médicos, entre ellos GHESKIO, porque el canal Bois de chêne, situado al lado, no se ha limpiado en los últimos cinco años. El director del centro, el Dr. Jean William “Bill” Pape, dijo que muchas computadoras, aunque situadas en plataformas elevadas, resultaron dañadas por las lluvias.

Un hombre en silla de ruedas recibe ayuda para atravesar una calle inundada tras una fuerte lluvia, en Puerto Príncipe, Haití, el 3 de junio de 2023.
Un hombre en silla de ruedas recibe ayuda para atravesar una calle inundada tras una fuerte lluvia, en Puerto Príncipe, Haití, el 3 de junio de 2023.

Otras regiones del país, vulnerable desde el punto de vista medioambiental, que sufrieron graves daños fueron: el noroeste, los Nippes y el sureste, donde el sábado por la mañana volcó una embarcación que causó la muerte de dos pasajeros. Otros 14 fueron rescatados.

“En el departamento del centro, el sector agrícola está muy afectado”, dijo el organismo en un comunicado.

También se vio afectado un puente que quedó sumergido por el desbordamiento de las aguas del río, y varias carreteras también quedaron cortadas por la crecida y el desprendimiento de rocas. Mientras continúa la evaluación de los daños, Chandler dijo que los equipos de respuesta de emergencia están movilizados y tratando de apoyar a las comunidades afectadas. Junto con los grupos de ayuda de Naciones Unidas, los voluntarios de Protección Civil están desplegando poco a poco refugios, alimentos e instalaciones sanitarias y agua potable para los afectados.

Las fuertes lluvias, que comenzaron el viernes, se produjeron a pocos días del inicio de la temporada de huracanes de este año en el Atlántico.

La semana pasada, Chandler declaró al Miami Herald que, aun cuando habían conseguido aumentar la capacitación y mejorar la cobertura de las comunicaciones para poder obtener información en tiempo real de sus voluntarios a medida que se producían los desastres, no habían podido conseguir suministros debido a la continua violencia de las pandillas.

El lunes dijo que la seguridad sigue siendo motivo de preocupación, ya que intentan responder “tímidamente” a la catástrofe al tiempo que tratan de maniobrar a través de territorios controlados por las pandillas para hacer llegar la ayuda a la población.

El Programa Mundial de Alimentos dijo que, aunque aún se desconocen todas las consecuencias del exceso de lluvias, la agencia de la ONU empezará a suministrar comidas calientes a los desplazados en las próximas horas. El PMA también está movilizando raciones listas para el consumo y alimentos secos que pueden ayudar hasta a 15,000 personas.

“El PMA tiene capacidad para responder a esta emergencia, pero un evento climático significativo de este nivel tan temprano en la temporada de huracanes, que generalmente va de junio a noviembre de cada año, plantea preocupaciones sobre la capacidad de proporcionar una respuesta sostenida en caso de que sigan ocurriendo incidentes climáticos extremos”, dijo la agencia en un comunicado.

Naciones Unidas afirmó que el cambio climático es ya una realidad cotidiana para los haitianos y, junto con el medio ambiente, no pueden seguir considerándose asuntos marginales.

“Huracanes, inundaciones, sequías: el creciente número de fenómenos extremos, combinado con la degradación medioambiental y las profundas divisiones sociales, amenazan a la economía, la infraestructura y los medios de subsistencia de las comunidades”, dijo la ONU. “La recurrencia y persistencia de estos problemas son una amenaza y un factor agravante de la inestabilidad del país, que ya enfrenta niveles de violencia e incertidumbre sin precedentes”.