La muerte de un marino pone en duda seguridad del catamarán AC72

La muerte del marino británico Andrew Simpson tras zozobrar en la bahía de San Francisco el catamarán del equipo sueco Artemis, que participaría en la Copa América de este verano, pone en dudas la seguridad de la embarcación AC72 que se utiliza en estas competencias. Simpson, campeón olímpico de vela doble, murió el jueves al voltearse súbitamente la embarcación y quedar atrapado debajo del barco, durante un viaje de entrenamiento en San Francisco. El yate del equipo sueco fue el segundo AC72 en darse vuelta de campana en esta bahía californiana, después que otra nave del equipo Oracle haya pasado por una experiencia similar en octubre pasado. Ningún miembro de la tripulación resultó herido en aquel accidente, pero el barco de Oracle sufrió grandes daños, que costó al equipo meses de reparación y entrenamientos. Ambos incidentes ocurrieron justo cuando los barcos estaban girando para cambiar de dirección según el curso planteado por los organizadores de la Copa América. El navegante francés Loick Peyron, un miembro del equipo de Artemis, dijo en enero que la inmensa energía suministrada por el catamarán de 130 pies (39,6 metros) y su vela de ala rígida hicieron especialmente difíciles esas maniobras en el AC72. "Estos barcos no son más anchos ni más grandes, pero tienen un muy poderoso 'motor' (la vela de ala rígida), dijo Peyron a la revista Yachtsman Magazine. "Para tener una idea de lo que quiero decir, es un poco como poner un (motor) V8 o V12 en un go-kart. Así que no es fácil hacer uso de todo esa potencia", añadió. Utilizados para la Copa América (excepto en 1988 y 2010), los catamaranes monocascos fueron sustituidos este año por otros de doble casco y vela de ala rígida, el AC72 es capaz de volar sobre el agua a más 40 nudos (75 km/h). "Vimos lo que puede suceder cuando el Oracle se hundió", dijo Peyron. "Estas máquinas requieren precaución. Mi trabajo consistía en ser algo así como un piloto de prueba de este AC72". "Estoy aquí para saber hasta dónde podemos llevar las cosas y evitar esos momentos difíciles, cuando el barco comienza a resistirse. De todos los barcos que he navegado, esta (embarcación) es la más delicada", apuntó Peyron. Estos catamaranes de nueva generación pueden utilizar hidroplanos para levantar los cascos y reducir la resistencia al agua, lo que les hace más peligrosos. Cada equipo diseña y construye su propia versión de acuerdo con los parámetros de clase dados a conocer en 2010. En sus intentos por revitalizar la Copa América de vela, los organizadores hablaron con dirigentes de la NBA, la Fórmula Uno, la Serie NASCAR y otras categorías de automovilismo para dinamizar una competencia que data de 1851 y está más asociada a yates monocascos, que parecen lentos caracoles en comparación con el AC72. En el nuevo AC72, 11 miembros de la tripulación se afanan en un espacio reducido, equipados con cascos de seguridad, dispositivos de flotación personales y bombonas de oxígeno, todo ello como parte de las medidas de seguridad tomadas después del vuelco del Orcale. Max Sirena, capitán del equipo italiano Luna Rossa en la Copa América, le dijo al New York Times el jueves que los barcos son "peligrosos". "El barco es básicamente demasiado poderoso, pero al mismo tiempo, este es nuestro deporte. Este es un riesgo que asumimos", puntualizó Sirena. Stephen Barclay, director ejecutivo de la Autoridad de eventos de la Copa América, dijo que una investigación completa se llevará a cabo sobre el incidente del Artemis, en la que el Departamento de Policía de San Francisco tendrá un papel clave. Hasta que la revisión se haya completado, dijo que el accidente no puede ser considerado como una crítica a la clase AC72. "Estos barcos son rápidos, todos sabemos eso", dijo Barclay. "Pero los marineros disfrutan compitiendo en los barcos que les ponen a prueba. Vamos a realizar una revisión, averiguar lo que pasó, y como resultado de la misma implementaremos las acciones que, en su caso, sean necesarias". La muerte del marino británico Andrew Simpson tras zozobrar en la bahía de San Francisco el catamarán del equipo sueco Artemis, que participaría en la Copa América de este verano, pone en dudas la seguridad de la embarcación AC72 que se utiliza en estas competencias. La muerte del marino británico Andrew Simpson tras zozobrar en la bahía de San Francisco el catamarán del equipo sueco Artemis, que participaría en la Copa América de este verano, pone en dudas la seguridad de la embarcación AC72 que se utiliza en estas competencias. La muerte del marino británico Andrew Simpson tras zozobrar en la bahía de San Francisco el catamarán del equipo sueco Artemis, que participaría en la Copa América de este verano, pone en dudas la seguridad de la embarcación AC72 que se utiliza en estas competencias.