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Argentina: al borde de una nueva tragedia

El fútbol argentino no deja de ser noticia por hechos que rozan lo trágico. Ya hemos hablado largo y tendido de la violencia que protagonizan tanto Barras Bravas como los propios jugadores dentro y fuera del rectángulo de juego, respectivamente.

Esta vez regresamos a un tema recurrente: la seguridad de los propios futbolistas en su lugar de trabajo, es decir, la cancha propiamente dicha.

Hace unos meses atrás se vivió un hecho luctuoso, lamentable. Fue cuando Emanuel Ortega, jugador de San Martín de Burzaco, de la Primera C, golpeó su cabeza contra el muro perimetral, falleciendo a los pocos días.

A pesar de los insistentes reclamos por mayor seguridad y la promesa de solucionar tan peligrosa situación, nada se hizo concretamente, a tal punto que este miércoles casi se produce una  nueva tragedia.

Sucedió en un duelo correspondiente al Torneo Federal A entre Unión de Aconquija de Catamarca y Cipoletti de Río Negro cuando Juan Martín Capurro, futbolista de este último equipo, chocó contra el muro que rodea el campo de juego.

"Gracias a Dios llegué a poner los brazos antes de golpear. Si no, capaz ni la contaba. Sólo me raspé un poco", comentó Capurro.

Pero no sólo eso sucedió. El mismo día Independiente recibía a Olimpia por el partido de ida de los Octavos de Final de la Copa Sudamericana.

Iván Torres, del conjunto paraguayo, salió impulsado fuera de los límites del campo de juego y cayó en el pozo donde se ubica el cuarto árbitro, saliendo ileso de casualidad.

Parece que nada se aprende, que ni la tragedia fue motivo para impulsar mayores medidas de seguridad. ¿Qué están esperando? ¿Otra muerte? Que así NO sea…

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