Los cuestionables artes teatrales en la NBA

Una de las cosas que había distinguido hasta hace algunos años al baloncesto era su honorabilidad como deporte. Claro, en la disputa por un rebote, ya sea ofensivo o defensivo, o para proteger la zona pintada, se vale lo que sea con tal fin, pero hay una lucha, en términos generales, pareja.

Sin llegar a los extremos del hockey, rugby o del football americano, el basquetbol se ha distinguido también por ser un deporte de conjunto viril, físico, en ocasiones rudo, pero sobre todo, jugado por atletas que saben que el contacto corporal y de fuerza con el rival se va a dar invariablemente.

Pero hace unos años el baloncesto comenzó a ser un deporte en el que aparecieron algunos deportistas que erraron la profesión y que quizás debieron dedicarse a la actuación, por fingir faltas de manera deliberada, como en otro deporte, sin afán de ofender, pero ya saben que se lama futbol soccer, donde esas prácticas son demasiado comunes y no castigadas. Es desleal querer sacar ventaja de manera ilícita como tratando de timar al juez y a los propios rivales.

En los 80, el serbio Vlade Divac comenzó a exagerar las faltas cuando recibía algún contacto y tiene el poco honroso apelativo de “padre de la actuación” en la NBA y vaya pedazo de jugador que era tanto con Lakers como con los Kings.

En la actualidad, incluso jugadores del calibre estelar de LeBron James recurren a esta cuestionable práctica cuando en realidad, con su fortaleza y talento, no necesitarían llegar a esos extremos para sacar ventaja.

Les compartimos un video de una compilación de flops, como se le conoce en el argot basquetbolero. Por favor, no se sorprendan si en este collage ven a su jugador favorito tratando de tomarle el pelo a todo el mundo.



Pero la noche del miércoles quizás las artes histriónicas hayan alcanzado nuevas alturas, aún cuando ya hay gente como LeBron, Manu Ginóbili y tantos otros tratando de dejar la vara más alta.

En el partido entre los Spurs de San Antonio y los Hornets de Charlotte, el pequeño (de acuerdo a los estándares NBA) base francés del quinteto texano, Tony Parker, lució como una auténtica locomotora.

Hacemos esta descripción porque de acuerdo a la caída del alero de los Hornets, PJ Hairston, sólo podemos pensar en Parker siendo un tren que no puede pararse y va a toda velocidad… pero, ¡qué va!, se trata de la peor actuación tratando de fingir o exagerar una falta de todos los tiempos, muy seguramente, después de verla, estarán de acuerdo en que hacer esto no es sólo penoso para el jugador, sino para la liga entera y sus agremiados.

Veamos si en los siguientes días el comisionado Adam Silver se pronuncia a favor de propinarle una multa a PJ Hairston por una payasada como esta…