La campanada del año

Desde hace ya unas semanas en la NBA no se habla de otra cosa que no sea del paso arrollador de los Halcones de Atlanta, y sinceramente es que se lo merecen, pues se han caracterizado por ser un equipo consistente, ganador, eficaz y sobre todo, una de las mejores sorpresas que le han pasado a la liga recientemente, pues nadie se esperaba este tipo de temporada de los Hawks.

Hace unos días vieron cortar una racha de 19 triunfos consecutivos cuando los New Orleans Pelicans los derrotaron y esa seguidilla quedó como la cuarta mejor de todos los tiempos en la liga, pues la más larga es de 33 en 1971-72 obtenida por los Lakers de Los Ángeles. Además, Atlanta fue el primer equipo en la historia de la NBA que culmina 17-0 en el mes de enero.

Otro dato que añade brillantez a la campaña de los Hawks es que tendrá cuatro miembros de su quinteto titular en el equipo de la Conferencia del Este para el Juego de Estrellas, un logro remarcable y que le va dando la amplitud debida a lo que este equipo dirigido por Mike Budenholzer está alcanzando.

Aunque todavía falta mucho trecho, los Halcones ya dieron también claras muestras de estar a la altura de los llamados mejores equipos de la NBA. Prueba de ello fue cuando derrotaron a los Golden State Warriors en un partido donde se enfrentaron los mejores de cada Conferencia.



Pero el miércoles, Atlanta tuvo una noche poco habitual. Aunque al principio todo parecía en orden, pues incluso llegaron a arrancar el partido ante los Celtics de Boston con una racha de 9-0, las cosas fueron cambiando.

Al grado en que un partido que ganaban por 18 puntos, se convirtió en una pesadilla. Pero este encuentro en el TD Garden arrojó otros datos interesantes para los Hawks también.

Atlanta generalmente hunde el 47 por ciento de sus intentos al aro, pero ayer apenas pudieron embocar el 42 por ciento. El 38% de eficacia en triples usual para los Halcones ayer quedó desparramado en un 24 por ciento, y el usualmente eficaz desde la larga distancia y estelar por el Este, Kyle Korver, apenas encestó uno de cinco intentos de tiros de tres puntos.

Luego de una primera mitad exitosa, en el segundo medio, las cosas empezaron a revertirse. Con un cuarto periodo donde apenas anotaron 16 tantos, la cifra más baja en un cuarto esta campaña para el equipo, terminaron anotando 88, la cantidad más baja de puntos para Atlanta y la cual repitieron en apenas tres noches al perder hace unos días también contra Memphis.

Casi durante todo el tercer cuarto y gran parte del último, Atlanta mantuvo exitosamente a raya a Boston, un equipo del montón en el Este la presente campaña, en pleno proceso de reconstrucción. Hasta que en los tres minutos finales, se le vino la noche a Atlanta y todo quedó resumido a la última posesión.



Nadie lo podía creer, apenas con dos décimas de segundo, Atlanta estaba más que hundido y ya nada podían hacer, propiciándose una de las sorpresas más grandes de la temporada, no sólo porque el equipo con marca de 19-31 le podía ganar al de récord de 42-11

Pero no es la única vez que los Celtics dejan con la boca abierta a un supuesto rival más fuerte o favorecido para vencer. La temporada pasada le hicieron lo mismo al poderoso Miami Heat, cuando LeBron James todavía formaba parte de este equipo.



¿Suerte o mística?