El futuro del Real Madrid pasa antes por James que por Odegaard

Fin de fiesta en el Real Madrid para una Liga aciaga con un marcador inflado (7-3) ante un Getafe sin tensión niguna. El partido definió perfectamente la temporada del Real Madrid: Un Ronaldo avasallador en el área pero con poca participación en el juego se fue en el minuto 60 con tres goles en el bolsillo, su tercer pichichi y cuarta bota de oro; Iker Casillas se llevó pitos y aplausos; Toni Kroos tiró del carro; y atrás, el equipo hizo aguas... como siempre.

En el que seguramente fue el último partido de Ancelotti --él mismo anunció en rueda de prensa tras el partido que si no sigue en el equipo se tomará un año sabático--, el Bernabéu le brindó una sonada ovación cuando se anunció su nombre por megafonía, pero seguro que no será suficiente para que el italiano cumpla el año de contrato que le queda con la entidad madridista. El lunes o el martes se resolverá la incógnita de quien estará en el banquillo a partir de julio.

El partido ante el Getafe también sirvió para avisar un poco hacia donde va el futuro del Real Madrid. Debutó Martin Odegaard, convirtiéndose en el jugador más joven en hacerlo con el Real Madrid superando a Alberto Rivera, que lo hiciera con 17 años en 1995, y no lo hizo para nada mal. Aunque con más aires de estrella que de canterano, Odegaard se movió por el extremo derecho, pero cansado de no tocar el balón, se fue al centro y dejó un par de buenas jugadas y pases. De todas formas, no parece que esté preparado --al menos en el aspecto físico-- para formar parte de la primera plantilla blanca el año que viene.

Más allá de Odegaard, eso sí, la gran estrella fue James Rodríguez. El colombiano cerró con broche de oro una temporada para enmarcar, en la que dejó atrás todas las críticas que levantó el alto precio de su fichaje el verano pasado. James acabó marcando 17 goles en su primer año en el Real Madrid, más de los que marcó Di María --por ejemplo-- en cualquiera de sus cuatro años en el equipo, lo que convierte el suyo en uno de los mejores arranques de carrera de un jugador merengue.

El colombiano ha conquistado el corazón de todos los madridistas y se ha consagrado como uno de los talentos emergentes del fútbol mundial. Sin llegar a estar al nivel de Messi o Ronaldo, a James se le aventura un futuro brillante como líder del Real Madrid, pues además de su gran calidad ha demostrado tener un carácter ganador que ha calado hondo en el club, y su conexión con los pesos pesados del equipo le han convertido en un jugador clave en la plantilla.

Para cerrar la temporada, James nos regaló un golazo de falta. En un año de nubarrones, Rodríguez ha sido el único claro en el cielo merengue. Es, sin duda, el futuro del equipo, mucho antes de que lo sea Odegaard.

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