Cahill ve a su hijo en la grada y en vez de enviarle un beso le mete un pase largo perfecto

Tim Cahill, la leyenda del fútbol australiano, es uno de los mejores rematadores de cabeza que he conocido. Un diablo tomándole la espalda a los defensores y sorprendiendo desde segunda línea. Ahora, gracias a su hijo, podemos dar fe que a sus 34 años no ha perdido ni un ápice de calidad en las botas.

Lo demuestra este vídeo captado durante la Copa de Asia.

Cahill ve a su hijo Shae, de 10 años, animándole en una de las tribunas del estadio y en lugar de conformarse con tirarle un beso o enviarle un saludo cariñoso, se ajusta las botas y conecta un globo magnífico que acaba con la pelota en manos del crío. Precisión en estado puro.

El que tuvo, retuvo.

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